La velocidad, el tocino y la política energética

España · Mikel Buesa
COMPARTIR ARTÍCULO Compartir artículo
| Me gusta 0
7 marzo 2011
Que España tiene un importante problema energético que pesa como una losa sobre la competitividad de nuestra economía es algo que los economistas llevamos diciendo desde hace mucho tiempo. Que la solución de ese problema requiere una política que reordene la oferta (el mix de energías) para hacerla simultáneamente menos dependiente de las importaciones de petróleo, más barata en cuanto a su coste de producción y menos contaminante, también es una propuesta muy extendida entre los economistas.

Y que a todo ello pueden acompañar políticas de demanda con las que se trate de reducir el consumo de energía por unidad de PIB a través de una mejora en la eficiencia energética, también es aceptado, aunque se puntualice que estas acciones sobre la demanda no pueden ser suficientes para solucionar los tres aspectos antes enunciados (dependencia, coste y emisiones contaminantes).  Pues bien, con ocasión del pánico energético que se ha desatado con las revueltas en el mundo árabe, singularmente en Libia, el Gobierno de Zapatero no ha tenido otra ocurrencia que la de reducir el límite de velocidad en las carreteras, apagar las luces de las autopistas y cerrar los ministerios a las seis de la tarde para que no gasten luz.

Mi compañero en las tareas docentes de la Universidad Complutense, Miguel Sebastián, ahora ocupante interino de la cartera de Industria, Turismo y Comercio del Gobierno, que se ha hecho un gran aficionado a la adopción de medidas intervencionistas, renegando de sus anteriores tendencias liberales, ha confundido, en esta ocasión, la velocidad con el tocino, pues, como se verá inmediatamente, sus propuestas, en el mejor de los casos, pueden ser irrelevantes; y en el peor, económicamente muy costosas. Pero no nos engañemos, las medidas diseñadas por Sebastián tienen una funcionalidad muy distinta de la energética. Lo que nos dicen es que:

1. La crisis energética nos llega de fuera y el Gobierno no tiene la culpa. Ni siquiera la de no haber tenido una política energética orientada a disminuir la dependencia, los costes y la contaminación, que nos preparara para asumir en mejores condiciones el shock energético.

2. El Gobierno hace cosas, aunque molesten a los ciudadanos. Pero son éstos los responsables de que la política de ahorro energético tenga resultados.

3. Y si los ciudadanos no se amoldan a lo que propone el Gobierno, entonces ellos serán los culpables de que la crisis no pueda solucionarse.

En síntesis, lo que nos está diciendo el Gobierno es que nos preparemos a asumir la culpa de que los asuntos económicos empeoren aún más de lo que ya están. Pero decía antes que Sebastián confunde la velocidad con el tocino. Pues así es.

mikelbuesa.wordpress.com

Noticias relacionadas

Bildu copia al IRA
España · F. H.
El PNV se ha dado cuenta de que lo que puede evitar un corrimiento de votos de su propio electorado hacia la izquierda abertzale es recordar de quiénes son herederos y es que Bildu está reproduciendo de alguna manera lo que ya han hecho sus colegas en Irlanda del Norte....
16 abril 2024 | Me gusta 3
Es bueno confrontarse con las ideas de otros
Entrevistas · Juan Carlos Hernández
José Antonio Martínez Soler (JAMS) es un histórico del periodismo en España (El País, RTVE, El Sol, 20 minutos...). En sus memorias, recientemente publicadas, nos cuenta la aventura de la transición desde su apasionante y cercana perspectiva....
12 abril 2024 | Me gusta 2
La Fiscalía General no es del Gobierno
España · Juan A. Pérez Morala
Cuando se le pregunto cómo garantizaría que el prófugo Puigdemont, respondiera por sus delitos ante la Justicia española, no contestó directamente, sin embargo no tuvo reparo alguno en repreguntar: “¿la Fiscalía de quién depende?” Y al contestar el presentador que “del Ejecutivo”,...
10 abril 2024 | Me gusta 1
El título trucado de la ley de amnistía de Sánchez
España · Juan A. Pérez Morala*
Cuando una Ley se promulga, cabe esperar que su Título anuncie en muy pocas palabras su esencia, exponga los motivos de su alumbramiento en un comedido Preámbulo, y sea clara y consecuente en un cuerpo bien articulado. Es decir, leal y veraz en las razones que han motivado el gran esfuerzo...
5 marzo 2024 | Me gusta 1