Entrevista a Francisco Aldecoa Luzárraga

´La UE no abandonará a ninguno de los países, porque sería abandonar a los europeos´

Mundo · Ángel Satué
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26 marzo 2020
Para el presidente del Consejo General Español del Movimiento Europeo, esta crisis global pone de manifiesto que ha llegado “la hora federal. Habrá que dar un paso más en el modelo federal, sabiendo que nunca será el paso definitivo, pero sí un paso más. Como decía Ortega, Europa es camino y no posada”.

Para el presidente del Consejo General Español del Movimiento Europeo, esta crisis global pone de manifiesto que ha llegado “la hora federal. Habrá que dar un paso más en el modelo federal, sabiendo que nunca será el paso definitivo, pero sí un paso más. Como decía Ortega, Europa es camino y no posada”.

¿Se ve a Europa como un todo en esta crisis (COVID19) por el resto del mundo?

Creo que sí. En gran medida se empieza a ver como una unidad. No lo es del todo desgraciadamente en esta lucha contra la epidemia, pero es que la Unión no tiene competencias suficientes, son de los estados, a pesar de que hay cosas que se pueden hacer y se están haciendo a nivel de las instituciones europeas.

Parece que arrecian las críticas contra la Unión Europea en estos momentos (Covid19). ¿Qué medidas puede/podría haber adoptado que sean una respuesta europea? ¿Quién toma en esta crisis las decisiones: ¿los estados, la UE? ¿La UE solo puede aspirar a coordinar, y de aquella forma?

Ciertamente hay muchas críticas, pero son poco fundadas. Lo que la gente quiere, cuando mira hacia la Unión, es que funcione como una federación y, sin embargo, no lo es. Es una federación, se puede decir, incompleta. En determinados ámbitos importantes, aun no tiene competencias, como en el de la sanidad.

En cuanto a medidas, se ha planteado un conjunto amplio en los últimos 15 días, no de tipo sanitario estrictamente, pues insisto, no tiene esas competencias la Unión, pero sin duda, la decisión del Banco Central Europeo de movilizar unos 750.000 millones de euros para dar liquidez al sistema financiero, para, en definitiva, los ciudadanos europeos, es una gran medida.

Hay que decir que el Banco Central Europeo es la única institución de la Unión que se puede decir que funciona federalmente, de ahí las ventajas de una Federación europea.

Hay muchas más medidas que se han ido aprobado, por el Consejo, la Comisión, o reuniones de los diferentes consejos sectoriales, como el de transporte. La Comisión, por ejemplo, ha establecido un régimen de subvenciones directas, de ventajas fiscales y pagos anticipados, va a conceder garantías estatales subvencionadas para las empresas con préstamos bancarios, va a garantizar subvenciones públicas a empresas, crear salvaguardias para los bancos que canalizan las ayudas estatales a la economía real, conceder seguros de crédito a corto plazo para las exportaciones… Ha creado además una iniciativa o plan de inversiones para responder a la crisis del coronavirus (CRII) y ha canalizado excedentes de los fondos europeos Estructurales y de Inversiones, de 2019, y autorizado que la crisis del Covid 19 sea computable en la Fondos Estructurales para 2020.

¿Se puede hablar de solidaridad entre europeos cuando Francia y Alemania prohibieron exportar material sanitario?

Sí, por supuesto que sí. Ha habido desajustes en los primeros momentos, pero la maquinaria europea está trabajando para evitarlos, en particular este, que ya está resuelto. De hecho, todas las exportaciones de material útil fuera del mercado único deben ser autorizadas previamente desde hace unos días. Además, si entra en la web de la Comisión Europea, verá que se ha creado una reserva de rescate para que cuente con material sanitario, aparte de garantizar la consabida libre circulación de mercancías en el territorio de la Unión Europea, para disponer de productos esenciales como alimentos o material sanitario.

El presidente del gobierno ha pasado de puntillas al referirse a la Unión Europea…

Quizá se ha enfocado en lo que le compete a él en estos momentos, como poder ejecutivo, y en explicar la situación y justificación del estado de alarma. Explicará mejor lo que ha solicitado a la Unión Europea en próximas fechas. El Fondo de Desempleo Europeo o el “Plan Marshall” solamente esbozado, sin duda, deberá volver sobre ellos, y también sobre la solicitud del “coronabono”, que se ha formalizado recientemente con otros ocho estados miembros.

¿Tanto mencionar el euro, la deuda, los eurobonos, las garantías, el sistema bancario, etc., no puede dar la sensación de que se deja de lado a los ciudadanos europeos, que se les menciona como de pasada?

Se trata más bien de un problema de comunicación. No hay duda de que todas estas medidas se toman por y para los ciudadanos europeos.

¿Se puede aprovechar esta crisis para mejorar la relación entre la UE y los ciudadanos? ¿Cómo?

Los eurobarómetros, que se publican cada seis meses, desde hace tres años muestran que los españoles y europeos tienen cada vez mejor impresión de lo que significa pertenecer a la UE. Si acaso, es la prensa española la que pueda tener otra visión de esta relación. En general lo que el ciudadano pide a la Unión es mayor poder federal para resolver los problemas, como una política social europea (complemento a un seguro de desempleo…), una defensa europea o un presupuesto europeo.

Las cosas que no podemos cambiar son las que nos hacen cambiar, dice una canción. ¿Cambiará la relación de la UE hacia los estados, y viceversa, máxime cuando la globalización exige una tecnología institucional que aúne agilidad, fortaleza, masa crítica?

La relación de los estados con la UE es buena. De la UE hacia los estados también es buena. Estamos en un modelo de federalismo intergubernamental en muchas materias, como ésta, de la pandemia que es intergubernamental. Dado que la lógica de la UE es una unión cada vez más estrecha, y que los estados aún pesan mucho, es esperable que las futuras reformas constitucionales europeas traten de reducir su peso, y equilibrar así más el peso de las instituciones europeas.  

La seguridad de suministro, en este caso de material médico, otras veces de energía, defensa, etc. se basa en el mercado interior y en que exista confianza. ¿Somos unos verdaderos compañeros, como anhelaba Hemult Schimdt a finales de los 70? ¿Cómo introducir esta lógica de compañerismo en las relaciones europeas, de preocupación por el destino común que tenemos con el otro?

Bueno, desde los 70 se ha avanzado mucho, muchísimo. Todos los Tratados, empezando por el de Maastricht (1992), donde nace la ciudadanía europea, aunque también el último, el de Lisboa y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2009), logran que exista una percepción más similar en todos los ciudadanos de la UE.

¿Debe la UE dar entrada a formas complementarias de participación de actores sociales en la toma de decisiones?  Por ejemplo, reformando y relanzando el Comité Económico y Social con mayor protagonismo y mayor representación de la sociedad civil.

El Comité Económico y Social es un órgano muy influyente en el proceso legislativo de la UE. Las decisiones que adoptan los interlocutores sociales, en materias que les afectan a ellos, a los sindicatos y a la patronal, en la UE se respetan y mucho. Sus informes son preceptivos, si bien no vinculantes, pero raramente se desatienden. Sinceramente, en la UE, más que en España, lo consultivo importa, aunque todo es perfectible. Por supuesto, podría explorarse mayor representación de actores sociales, pero en general, lo que importa es el acuerdo entre los interlocutores sociales. No creo que sea el momento de acentuar los dictámenes de conformidad, que exigirían que se tendría que hacer caso al Comité en todo caso. Por lo general, se retocan aspectos parciales, con el acuerdo de todos.

Según Sandro Gozi, eurodiputado y presidente de la asociación europeísta y federalista UEF, si no se supera la descoordinación, de algún modo, podría ser el último acto de la UE.  Parece lógico teniendo en cuenta una Italia y España recibiendo ayuda de China y de Rusia, el norte bloqueando medidas financieras que benefician al sur (ahora)…

Ni mucho menos. No estamos ante el último acto de la UE, más bien, veremos –estamos viendo ya– a la UE actuando como he explicado antes. Lo importante es profundizar en nuestro modelo europeo social y democrático. Insisto en la medida extraordinaria del BCE y sus 750.000 millones de euros, que en última instancia van dirigidos a los europeos.

En cuanto a lo que comenta de China y Rusia, que se hacen eco los medios españoles, por supuesto, es de agradecer toda ayuda, pero es algo menor, muy puntual. Quedaría más bien dentro de eso que llaman diplomacia soft power. No es momento ahora de entrar en el papel que juegan precisamente estas y otras potencias en otros campos que nos afectan a los europeos, pero recientemente leía un informe público de nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores de la UE (el Servicio de Acción Exterior de la UE), advirtiendo de las falsas narrativas, de las narrativas interesadas en la crisis del COVID19, para debilitar la unidad de la UE. Debe quedar claro una cosa: la Unión Europea rescatará y no abandonará a ninguno de los países, porque sería abandonar a los europeos.

¿Es la hora federal o aún caben planteamientos de una UE de dos o tres velocidades, incluso con el Reino Unido en alguna parte?

Es la hora federal. Habrá que dar un paso más en el modelo federal, sabiendo que nunca será el paso definitivo, pero sí un paso más. Como decía Ortega, Europa es camino y no posada. Ciertamente no va a ser la reforma definitiva, ni me gusta la palara refundar, sino que se trata de una profundización en el modelo social, en la calidad democrática, en la defensa común y la política exterior, en la política migratoria… La UE es un éxito desde que hace 70 años que la Declaración Schumann señalara que la CECA iba a ser la primera etapa de Federación europea. Ahora se trata de dar otro paso más en el proyecto que se comenzó hace 70 años.  

En cuanto al Reino Unido, creo que hay que recordar que desde el 1 de febrero el Reino Unido no pertenece a la Unión Europea ni participa en su sistema institucional, aunque tiene un periodo transitorio en relación a los demás aspectos durante un año más, que se va a alargar. Sin embargo, la retirada está suponiendo una oportunidad para el relanzamiento y profundización de la Unión Europea. Si el Reino Unido siguiese dentro sería impensable la convocatoria de la Conferencia Europea para el Futuro de Europa, el próximo 9 de mayo, en Croacia.

La ausencia del Reino Unido, en la medida en que no está ya (era el defensor más firme del modelo de las velocidades), facilitará una unión más estrecha, más aún cuando se van a incorporar cuatro estados más al euro y serán 23 los miembros de la Unión Económica y Monetaria. No obstante, el Reino Unido, aun desde fuera, estará muy cerca, de hecho, será el país más cercano a la UE en muchos aspectos, del resto de países de nuestro entorno, y pienso que debe ser así. Es la conocida tesis de que, si bien antes el Reino Unido tenía una integración diferenciada con la UE desde dentro, ahora la tendrá desde fuera.  

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