La sorpresa Wert y el incorregible Gallardón

Había anunciado que se aplicaría la jurisprudencia del Constitucional sobre el aborto, que al gobierno de los jueces lo iban a elegir los propios magistrados. Hasta que le llamaron los de Prisa, hasta que los llamaron los de la Ser y, como le puede lo de provocar, como no tiene libertad para tomarse a beneficio de inventario que la izquierda le diga que está contentando al sector ultra, a los católicos del PP, pues todo un ministro de Justicia tuvo que decir que el matrimonio entre personas del mismo sexo no es inconstitucional.
Cualquier estudiante de derecho sabe que el Ejecutivo se tiene que estar callado cuando algo lo está estudiando un tribunal, aunque en este caso sea un tribunal que no es tribunal, sino legislador negativo, que ya lo explicaba Kelsen. En cualquier caso hay que estar callado, pero a él le puede la cosa. Menos mal que andaba por ahí Jorge Fernández Díaz para recordarle que el recurso contra el matrimonio homosexual era del PP y que Gallardón era un ministro del PP. A veces hasta lo obvio se olvida.
El que se sigue desvelando como una sorpresa, positiva, es el ministro de Educación. El ministro Wert también tenía excelentes relaciones con Prisa, trabajaba de hecho para la casa de los polancos, que ya no es la casa de los polancos porque los que mandan son los americanos. Pero no le tembló el pulso para poner pingando a la asignatura de EpC al citar uno de sus manuales, el que decía que la revolución soviética "instauró un régimen de igualdad y libertades colectivas". Y es que en esto de la política nunca sabes por dónde va a saltar la liebre. Gallardón está en lo de siempre. Pero Wert nos está saliendo bueno, y eso que venía de Prisa.