La regeneración necesaria
Hay un importante documento, para muchos desconocido o ignorado a sabiendas, una Instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe, acerca del comportamiento de los católicos – representantes incluidos – en la vida política. En él, con sus razonamientos y argumentaciones bien fundadas, se exponen las líneas directrices que incluyen, por ejemplo, el respeto a la Ley natural – y por tanto es un documento elaborado para los no católicos que en ella creen – en materias como la vida humana y la familia, o la libertad de conciencia y educación. El mismo se ha incumplido reiteradamente por izquierdas y derechas. Y muchos de los votantes, ahora escandalizados y reclamando regeneración moral, no han dicho una palabra sobre todo ello.
Pienso que una regeneración auténtica debe comenzar por estos temas, de mucho mayor calado, que por los asuntos económicos. El que es un inmoral en lo principal, es capaz de serlo en el ámbito público. El que es recto de conciencia y actúa coherentemente, es difícil que lo haga. Ahí radica, pienso, el principal secreto. Empecemos por ahí.