La realidad es dependencia
El temido “default”, en español referido al impago, se ha producido ya en Cataluña: más de 100 millones de euros en deuda vencida con el BBVA han entrado en impago. Pero hay más; 7.520 millones de euros es la cifra que nadie refinancia a la Generalitat, cuya deuda por primera vez está calificada internacionalmente como “basura”. Oriol Junqueras quiere obtener de la Hacienda española esa cantidad para hacer frente a unos presupuestos que no cumplen el compromiso de déficit, aumentan la deuda de los catalanes y españoles con entidades financieras y caen, ahora ya de lleno, en la temida fase de “default” que tiene ese sabor y regusto griego. Porque la comparación es inevitable.
Probablemente nunca ha sido tan fuerte la dependencia de los griegos frente a Bruselas como ahora. Bruselas ha tenido la capacidad directa de derrocar de facto gobiernos constituidos bajo la promesa pomposa de independencia nacional. Como en Cataluña. Si es cierto que “España nos roba”, ¿dónde han estado los nacionalistas durante 40 años de democracia y autogobierno permitiendo y ocultando tal hipótesis? Si finalmente, una vez más, es la unión de todos los españoles, esta vez con recursos de nuestra Hacienda, quien va a evitar la quiebra catalana, ¿de verdad lo más urgente en Cataluña, como vende el Govern, es un proceso de independencia que apoya una minoría, en vez de necesidades ardientes en sanidad, educación, infraestructuras, y pobreza?
La verdad espera, la mentira tiene prisa. Hay prisa en tapar unos agujeros reales y en tapar la realidad del auxilio de la Hacienda española en una entrevista de Junqueras con De Guindos de tapadillo en el aeropuerto de Barcelona, y pidiendo que los temas de finanzas no se relacionen con “el procés”, es decir, que el proceso de independencia no se relacione con la realidad. Esa realidad de las finanzas que ponen a descubierto las prisas de una gran mentira.