Entrevista con Javier Gil

“La posición de China en Ucrania está erosionando su status internacional”

Entrevistas · Francisco Medina
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13 abril 2022
Al mirar el conflicto de Ucrania se podría caer en la tentación de reproducir esquemas viejos del pasado: lecturas historiográficas o geopolíticas sobre el siglo XX y sus guerras mundiales.

Sin embargo, aun siendo la guerra en el corazón de Europa, nada se dice sobre el impacto en otras partes del globo. Conversar con Javier Gil, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas, es arrojar luz sobre una realidad aún no entendida, como es el continente asiático en el siglo XXI, y la invasión de Ucrania no es ajena a esta realidad. No son muchas las conversaciones como ésta que son ocasión de un diálogo fructífero.

Estamos viendo que la guerra de Ucrania ya nos está cambiando el panorama a nivel europeo y global. ¿En qué medida está afectando también a Asia?

Es claro que estamos hablando de una invasión de un país por otro. La intención que veo en Rusia es de quedarse con Ucrania y, de algún modo, dejarlo como un estado vasallo. Sin conocer bien los planes de Putin, habrá que ver cómo se concretan los objetivos rusos y si Ucrania sigue resistiendo, porque ha logrado empantanar a Rusia en el frente Norte y en el Este, menos en el Sur; el frente sigue sin moverse.

En lo que respecta al ámbito asiático, ha habido, básicamente, tres tipos de reacciones: la primera, por parte de una serie de países que han apoyado la invasión (Corea del Norte, que ha sido el único país de Asia que votó en contra de la Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas condenando la invasión rusa); otra, protagonizada por la propia Rusia, Bielorrusia, Siria y Eritrea (ésta última, quizá, por su histórica relación con la Unión Soviética y, hoy día, con Rusia). Siria ha sido un socio estratégico de Rusia. En el caso de Corea del Norte, sí me ha sorprendido, porque yo esperaba que se abstendría; sin embargo, ha mostrado su apoyo claro a Rusia y la invasión terrestre de Ucrania (una de las cosas que siempre rechazó más el gobierno norcoreano).

Y una tercera actitud, la que han adoptado la gran mayoría de los países de Asia, que se abstuvieron en esa condena a Rusia y han mostrado, bien una actitud más crítica, bien una actitud más comprensiva. Y aquí habría que hablar de tanto de China como de la India.

La actitud de la India me la esperaba más. India ha sido el socio histórico de la Unión Soviética dentro de Asia. La Constitución de la India, de hecho, se define como una República socialista: cuando el país se independiza en 1947, se identifica mucho con el bloque soviético, especialmente durante la Guerra Fría, con los Planes Quinquenales soviéticos… Con el fin de la Guerra Fría y los cambios internos (cuando el centro-derecha empieza a ganar), se acerca mucho más a Estados Unidos. Lo que ocurre es que los lazos armamentísticos han seguido con Rusia: de hecho, ahora mismo, la India y Rusia tienen industria de defensa produciendo, por ejemplo, misiles hipersónicos (que están en uso ahora en Ucrania). Eso explica un poco su abstención.

En el caso de China, sí era esperable una abstención. A este respecto, cabe señalar, en mi opinión, dos ideas: en primer lugar, China y Rusia comparten un rechazo frontal al orden liberal internacional (no les gusta el mundo que heredado de la posguerra fría y quieren cambiarlo); en segundo lugar, al mismo tiempo, rechazan de plano un liderazgo americano global y critican la redistribución del poder político a nivel mundial. Hay una alianza de conveniencia por esos grandes temas. Es verdad que a China no le está gustando nada toda esta inestabilidad que se está produciendo en el corazón de Europa y le preocupa; pero, a día de hoy con más de 3 semanas de la invasión de Ucrania, no ha tomado ninguna iniciativa para presionar a Rusia para que acabe la invasión y se retire; una invasión que se ha realizado violando los principios de integridad territorial y de no interferencia en asuntos internos de otros países (que China había defendido). China está dando una de cal y otra de arena, pero, al mismo tiempo, no ha movido ficha para intentar detener la masacre que está produciendo.

Por otra parte, está la actitud de hay países que han tenido relaciones históricas con Rusia y que, de alguna manera, han dado su apoyo tácito, como es el caso de Vietnam. Está mostrando las dos caras, a pesar de la propaganda oficial: apoya a Rusia, pero no deja de lado a Ucrania. O el caso de Indonesia, que no ha querido meterse. Dentro de los países asiáticos cada vez más críticos con Rusia, destacaría a Singapur (al ser casi el único país del sudeste asiático que ha criticado fuertemente a Rusia y ha estado apoyando las sanciones contra ella), y otro grupo de países -como Japón o Australia- que están aplicando las sanciones a Rusia. El Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Lavrov, ha dicho que no se va a continuar el proceso de paz con Japón ni con las negociaciones por la cuestión de las islas Kuriles.

Por tanto, sí que creo que está teniendo un impacto en Asia, aunque más secundario, pero esas ondas expansivas llegarán más tarde.

“Hasta que el impacto económico no empiece a hacerse notar claramente en China, es posible que ésta no decida presionar más a Rusia para acabar con esta masacre”

Todos estamos viendo el papel ambiguo de China en la invasión de Ucrania por Rusia: mientras que el primer ministro saliente, Li Keqiang, aboga por una cooperación con Estados Unidos, Xi Jingping evita posicionarse en contra de Rusia ¿Qué intereses crees que están en juego para Xi Jinping? ¿Qué riesgos geopolíticos habría para el gigante asiático en caso de un eventual apoyo a Rusia?

Yo creo que ahí hay dos cuestiones: a nivel político, tienen claro esa alianza de conveniencia con Rusia –la hacen pública en el mes de febrero, cuando Putin visita a Xi Jingping– frente al orden liberal internacional. A nivel económico, le está perjudicando mucho porque los grandes mercados exteriores de China son Estados Unidos, la Unión Europea y los países cercanos a los valores occidentales (como Australia), lo que constituye una preocupación a medio-largo plazo, porque para el Partido Comunista Chino mantener el desarrollo económico es clave. Por lo tanto, el dilema es, por un lado, mantener esa alianza a nivel político; y, por otro, que les puede pasar factura a nivel de crecimiento económico.

A nivel global, no debería olvidarse una cuestión importante que tiene dos implicaciones: la primera, que la posición de China está erosionándose: nos había venido contando, desde 1978, que su ascenso económico había sido pacífico, que quería ocupar su lugar propio en el entorno asiático y que no tenía intereses militaristas o agresivos; un ascenso constructivo dentro de la realidad global. Ahora mismo, tiene una prueba de fuego en el caso de Ucrania, que está generando inestabilidad en Europa y a nivel global, y está mirando para otro lado, intentando no tomar partido. Esa posición de China, creo, está reaccionando y es otro problema al que se enfrenta el PCChino –que está pensando cómo resolverlo–.

La segunda de las implicaciones, según creo, que lo que se pide a una superpotencia es que sea una gran potencia económica, política, diplomática, militar… tanto en su entorno más cercano como a nivel internacional. En este sentido, me han gustado las palabras de Josep Borrell cuando le pidió a China, hace unas semanas, al iniciarse la invasión de Ucrania, que, de alguna manera, que tuviera un papel más importante a la hora de solucionar lo que estaba ocurriendo; que ejerciese, en suma, ese superpoder, con capacidad de ordeno y mando en un asunto que no estaba en su entorno político (como Europa), y China no ha recogido el guante.

En suma, aunque, a nivel político, China está intentando mantener ese apoyo a Rusia o, al menos, no criticarla directamente, a nivel económico sí está viendo erosionado su posición, como le está erosionando también su rol de mantenimiento del status quo en el Pacífico. Y el reclamo que, desde Europa, se le ha hecho para ejercer de superpotencia, sin haber recogido esta llamada, nos hace pensar que, en realidad, aún le falta para ser ese país que todos esperamos, o creemos, que va a ser.

¿Hasta qué punto la guerra podría acarrear consecuencias negativas para las empresas tecnológicas chinas?

Los grandes suministradores de tecnología a empresas chinas son exportadores americanos y europeos. Si se les corta a las empresas chinas la transferencia de tecnología, el daño que se les causaría sería terrible. Y esto se puede aplicar a otros sectores económicos. China es un país que está empezando a producir tecnología de alto nivel, pero todavía no es esa potencia tecnológica que aspira a ser. Y no puede ser suplido de otra manera. Rusia, en estos momentos, tiene un escaso desarrollo tecnológico -salvo a nivel militar-; a nivel tecnológico no produce nada, por lo que no hay manera de que surjan alternativas a las empresas europeas y americanas.

Yo creo que, hasta que el impacto económico no empiece a hacerse notar, de manera clara, en China, es posible que ésta no decida, de alguna manera, poner más presión sobre Rusia para acabar esta masacre. A día de hoy, Rusia ha decidido aguantar el golpe económico, en mi opinión porque no tiene un compromiso con sus ciudadanos. En mi opinión, China sí que tiene ese contrato con el pueblo chino de querer dejar el país de querer elevar el nivel económico de la población y son conscientes de que un entorno mundial inestable y con guerra les va a afectar. Por tanto, creo que ese termómetro todavía no se ha alcanzado; pero, si eso se produjera, sí les impulsaría a intentar dar a Rusia un toque de atención. Espero que a eso se llegue pronto y, entretanto, Ucrania siga resistiendo como hasta ahora.

Recientemente han salido algunas filtraciones de los servicios de inteligencia rusos que apuntaban a un proyecto de invasión china de Taiwan, que habría quedado truncado por la invasión de Ucrania ¿Tendrían los taiwaneses capacidad de resistencia frente a una eventual invasión?

Yo creo que eso obedece más a una guerra de desinformación. Soy de la hipótesis de que China quiere absorber Taiwán. A día de hoy, sí es cierto -sobretodo, con Xi Jingping- la estrategia de unificación ha perdido el adjetivo de pacífica: desde el año 2012, año de llegada de Xi Jingping al poder, siempre se había reiterado (desde Mao Tsé Tung; pero, especialmente, con Deng Xiaoping, Jiang Zeming y Hu Jintao) que esta unificación con Taiwán debía hacerse por la vía negociadora, de forma vía pacífica, y esos objetivos últimamente se han dejado de argumentar por parte de China. Jingping ha dejado, de alguna manera, la puerta abierta a que sea unificación se pueda hacer por vía militar, siempre que desde el Gobierno de Taiwan se declare la independencia (aunque nunca se ha hecho). En todo caso, desde el gobierno chino se ha marcado la línea roja, argumentando que, en el caso de que algún primer ministro-presidente de Taiwán (en este caso, primera ministra) decidiera declarar la independencia de la isla, automáticamente China decidiría invadir.

Yo no dudo que, a nivel teórico, puedan existir esos planes de invasión, pero, a nivel práctico, lo descarto, a corto plazo, porque provocaría un caos económico y político tan importante. Otra cosa es que consigan la unificación por la fuerza: Taiwán tiene un argumento de primer nivel y un acuerdo de seguridad con los Estados Unidos y China es consciente de todo eso, y no duda de la intervención americana en apoyo de sus socio taiwanés. No lo veo, aunque no lo descarto a medio/largo plazo. Ahora mismo, no creo que China se embarcase en una acción de ese tipo que podría ocasionarle muchos problemas económicos, aparte de que no le garantizaría la victoria militar (cosa que lo pongo bastante en duda).

“A nivel ruso-chino, una independencia energética de China provocaría que Rusia perdiera los mercados europeos para vender sus materias primas y quedaría a merced de aquélla”

Es claro que China busca eliminar su dependencia de EE.UU. en cuanto a suministro de gas. A nivel de soberanía energética, ¿qué consecuencias tendría para China el que Europa redujera o eliminara su dependencia del gas ruso?¿A quién perjudicaría ello, a Rusia o a China?

Yo creo que Rusia, porque tiene una economía basada en hidrocarburos y en materias primas. Un desenganche de la economía rusa de las materias primas que vende –y no solo me refiero sólo al petróleo, sino a otras materias primas (minerales, aluminio, bauxita)– acabaría minando mucho su economía. Otra cosa es que ese descenso de la demanda europea y americana de materias primas rusas se pueda compensar con las compras chinas (que sí veo factible); pero, al mismo tiempo, dejaría, en mi opinión, a la economía rusa en una posición muy de inferioridad en relación a las redes bilaterales chino-rusas. Desde Europa se pensaba -y yo compartía esa idea- que, de alguna manera, una mayor integración económica con Rusia iba a contener los problemas políticos, a pesar de nuestras diferencias, pero esa integración económica se basaba en el gas y el petróleo. La invasión rusa de Ucrania ha hecho saltar por los aires esa premisa; y, ahora mismo, estamos redefiniendo cómo debe ser esa relación económica: Algunos abogan por cortarla totalmente.

A nivel ruso-chino, una independencia energética de China provocaría que Rusia perdiera los mercados europeos para vender sus materias primas y quedaría a merced de aquélla. La relación económica sería de 1 a 10 entre Rusia y China. Rusia entraría en una relación asimétrica que la dejaría más débil. En mi opinión, sería un error por parte de Rusia perder los mercados europeos y sólo tener un gran mercado donde vender sus materias primas, porque quedaría muy vulnerable. China eso lo sabe y podría apretarla las tuercas de forma considerable. De lograr China la independencia energética, Rusia estaría entrando en un terreno muy cenagoso.

India parece adoptar una posición neutral en la guerra al haberse abstenido en la Resolución de Naciones Unidas condenando la invasión ¿En qué medida India puede verse beneficiada, o perjudicada, de un apoyo a Rusia en este sentido?

Yo creo que habría dos cosas a tener en cuenta: una, el status de India, que se está deteriorando a nivel internacional. La India, desde el año 1947, ha ido diciendo que es la mayor democracia del mundo; que es el país donde hay una diversidad, pero que los problemas internos se han ido resolviendo. Ahora mismo, en Europa y en Estados Unidos, con los que hay muy buenas relaciones en el ámbito del Indo-Pacífico, hay una decepción muy grande. De hecho, el presidente Biden ha dicho que es una excepción lo que está ocurriendo con la India, dado que no se esperaba -aunque sí era de esperar- que el papel de India consistiese en mirar para otro lado ante lo que estamos viendo en Europa.

Le está erosionando, asimismo, su capacidad como futuro socio de la UE y en la zona del Indo-Pacífico porque siempre se la había visto como un socio nuestro. De hecho, en las estrategias sobre el Indo-Pacífico tanto de Estados Unidos como en la Unión Europea se dibujaba la India un país like-minded, un país como nosotros que nos iba a ayudar a contrarrestar el ascenso chino; y ahora mismo, están empezando a surgir dudas de si esa China no es como nosotros creíamos.

Otro elemento a tener en cuenta es que, en el caso de Ucrania, la India ha optado por hacer valer más sus intereses nacionales y sus intereses de defensa, en vistas a su contencioso con Pakistán por la cuestión de Cachemira y a garantizarse un suministro constante de armamento de la mejor calidad, en detrimento de las relaciones exteriores con Estados Unidos y con la UE. Veremos si eso luego le acaba erosionando. Lo cierto es que ya ha ocasionado una pérdida de confianza por parte de Estados Unidos y de la Unión Europea, que están bastante decepcionados con lo que está haciendo la India.

“El status de la India se está deteriorando a nivel internacional, está erosionando su capacidad como futuro socio de la UE y en la zona del Indo-Pacífico”

¿Y los demás países del Sur de Asia?

Bueno, se está siguiendo muy a distancia en el Sudeste Asiático, como un tema muy ajeno. Se ve como un tema muy europeo. Salvo los países que tuvieron, en el pasado, relaciones muy fuertes con la Unión Soviética, los demás han mostrado cierta indiferencia y abstención –a excepción de Vietnam, que se ha mostrado más pro-rusa–. En el caso de Pakistán, sí ha habido un cierto tono crítico en torno a la invasión rusa de Ucrania, y la ya comentada posición de la India.

El resto de países del Sudeste Asiático no se han manifestado públicamente en favor de un lado o de otro, aunque sí destacaría Singapur, que se ha demostrado preocupado por lo que está sucediendo y ha sido muy crítico con Rusia. De hecho, han argumentado que una invasión militar a un país pequeño -como ellos- sería su fin; por ello, han mostrado un apoyo cerrado a las políticas de Estados Unidos y la Unión Europea.

En cuanto a la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), como organización regional, se ha limitado a emitir un comunicado donde no se habla de guerra, adoptando una postura muy deficiente, de no pronunciarse, y han logrado enfadar a todos.

La guerra y la imposición de sanciones a Rusia afectará, sin duda, a las exportaciones y a algunos productos ¿quién crees que va a salir perjudicado si hablamos de la esfera del Asia-Pacífico?

Ucrania y Rusia son los graneros del mundo. Los países importadores de grano y semillas van a perder. La India tiene también mucho que perder porque importaba una cantidad importante de grano. En el caso de China ya lo hemos visto, y en el Sudeste asiático, a nivel económico, las relaciones con Rusia han sido muy escasas; no creo que tenga gran impacto económico la imposición de sanciones a Rusia ni la guerra.

La ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) ha eludido imponer sanciones a Rusia ¿en qué medida está afectando a su credibilidad y es rehén de la posición de China?

La ASEAN toma las decisiones de acuerdo a dos variables: una, por consenso de todos los países miembros (lo cual es muy difícil); y otra, lo que denominan la idea del mínimo común denominador: es decir, para llegar a ese consenso se alcanzan mínimos acuerdos. Por eso, los acuerdos llegados en el seno de la organización suelen ser muy débiles y de poca sustancia.

Otro elemento muy importante es el de no interferencia en asuntos internos de terceros países. Por eso la declaración de ASEAN respecto de la invasión de Ucrania por Rusia ha seguido la línea de otros comunicados en el pasado.

Ahora mismo, la Organización está en crisis porque el gran problema que tiene es que, en la cuestión de Myanmar, no han logrado imponer su parecer a la Junta militar del país, ni imponer los cinco puntos que acordaron con Myanmar –en síntesis, el poner fin al hostigamiento militar a la oposición–. Yo diría que la crisis es bastante profunda, tanto a nivel de credibilidad como a nivel interno, porque no logra establecer acuerdos potentes ni, sobre todo, poner orden en otros temas más importantes que tiene la zona, como el mar del Sur de la China -en el que tampoco se ha logrado articular una posición común sobre cómo deben relacionarse con China en la región-.

Existe, pues, una falta de claridad y, a nivel internacional, de confianza sobre el papel que puede desempeñar ASEAN. A nivel interno, no logran ponerse de acuerdo en muchos temas clave: lo que ha pasado con Ucrania sigue un modelo que ya viene desde años atrás. Es un mal panorama en el ámbito del Sudeste Asiático, la verdad.

Nos espera, pues, un marco complejo en la región del Indo-Pacífico, pues…

De hecho, Rusia está vendiendo misiles hipersónicos a Filipinas para que se defienda contra la presencia de barcos chinos en su zona. Un socio político de China vende armamento de última generación a Filipinas en su contencioso contra China en el mar. Está habiendo muchas triangulaciones de las que iremos viendo cómo se rompen o se vuelven a armar, pero la realidad es que la situación es muy mala.

Por otro lado, países de los que se esperaba que iban a hacer -tanto China como la India- se han echado a un lado y han primado sus intereses nacionales. Quizá se esperaba que China estuviese más madura de lo que, en verdad, está. Veremos cómo se va resolviendo ésto, pero, de alguna manera, si se empantana la situación, si Rusia no logra avanzar en Ucrania y acaba metiendo más armamento pesado o armas de destrucción masiva, China tendrá que decir algo al respecto. Si no, la erosión que está su status internacional se va a acelerar. Tarde o temprano, le va a llegar el turno a China de tener que poner freno a su aliado.

“De las nuevas potencias emergentes, ninguna se ha posicionado a favor del mundo occidental: India, China, o la propia Indonesia, Brasil y Sudáfrica tampoco”

Parece claro que la hegemonía de Occidente a nivel global ha terminado. Sí sorprende la pérdida de peso que parece haber sufrido Estados Unidos en el concierto de las naciones…

Biden tiene lo que tiene: la Unión Europea; sus socios clásicos en Asia que son: Australia, Corea del Sur y Taiwan. Pero de las nuevas potencias emergentes, ninguna se ha posicionado a favor del mundo occidental: hablo de India, China, o la propia Indonesia, que también ha mirado para otro lado, porque está centrada en sus asuntos internos; Brasil y Sudáfrica tampoco. Es una realidad que hay que aceptar, y nos debe llevar a reflexionar acerca de cómo construir alianzas más potentes. Ahora mismo, no hemos logrado parar la invasión y países que creíamos que iban a tener un rol en el futuro, han decidido no posicionarse.

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