La política al servicio de la persona
Carlos Vecchio es abogado y miembro fundador del movimiento Voluntad Popular. Inició su exposición hablando sobre su lugar de nacimiento, Caripe, Estado Monagas, en el que cursó toda su educación básica y secundaria. De ascendencia italiana, su bisabuelo llegó a Venezuela en torno al año 1890 con su primo hermano, el Dr. Marsiglia. Al morir su bisabuelo, el Dr. Marsiglia cría a su abuelo, quien se convirtió en médico y entregó su vida a la labor social en Caripe: "conservo un cartel que dice La consulta a 5Bs., a los pobres gratis". Su padre, militante del partido Social Cristiano Copei, no pudo graduarse, pero era el maestro del pueblo y director de la escuela. Vecchio se acostumbró a ver su casa llena de gente que era escuchada y atendida por su abuelo y por su padre. "Es de allí que viene mi inclinación social y mi lucha política, porque para mí la política no es otra cosa que servir a la gente, que extenderle la mano a quien más lo necesita. Yo soy hijo de la educación pública de este país y gracias a la formación recibida desde mi familia, desde la escuela y desde la UCV, pude obtener una beca y estudiar en el exterior, para regresar y luchar por mi país, por ello es necesario hacer énfasis en el logro de mayores y mejores oportunidades de formación para todos, porque es a partir de allí que la persona puede desarrollarse plenamente", afirmó Vecchio.
Actualmente realiza un trabajo social, entrando en contacto con la gente para que pueda organizarse y resolver los problemas de su comunidad, ya que en este tipo de iniciativas no importa el color político, porque la necesidad abraza a todos y la exigencia es para todos por igual. Finalizó diciendo que "uno de los grandes retos que tenemos en Venezuela es superar la pobreza, a través de una educación de calidad, libre, democrática, gratuita, con profesores bien preparados y a través del trabajo productivo, donde se garantice la iniciativa de todos y la propiedad privada".
Vladimir Villegas, periodista y reconocido personaje de la izquierda venezolana, habla de sus orígenes señalando que su madre es croata y judía y conoció en Venezuela a "un tipo que era negro, pobre y comunista". Su padre, dirigente sindical y miembro del Partido Comunista de Venezuela, sufrió la persecución de la dictadura de Juan Vicente Gómez y de Pérez Jiménez, por lo cual estuvo preso en varias oportunidades. Ambos fueron desde siempre luchadores y deseosos de justicia y libertad. "Una de las cosas que más me marcó en la vida de pequeño fue una visita que hice a mi papá en la Dirección General de Policía. Para anunciar que podíamos visitar a los presos había un funcionario que hacía un disparo al aire y eso impactaba emocionalmente". Posteriormente se adhirió a la lucha social y política, a la juventud comunista, al ejercicio periodístico, fue delegado gremial, entre otras muchas actividades. Más adelante comenzaría su relación con el gobierno de Hugo Chávez, donde ejerció varios cargos de importancia hasta que en el año 2007 se opuso a algunos elementos de la Reforma Constitucional. Hoy día confiesa seguir luchando por un país de inclusión. En su familia todos han participado en política, afirma, "somos una familia de izquierda, que ha luchado y que tiene eso como parte del tetero". Recuerda con agrado la sobremesa familiar en la que se dialogaba y se ponía en común todo.
Para Villegas la principal tarea que tenemos los venezolanos es rescatar el proyecto de país que está trazado en la constitución de 1999 y que hoy es apreciado por la mayor parte de los seguidores del chavismo y de la oposición. Ese proyecto de país aún está por realizarse, afirma, "hay muchas contradicciones entre lo que se está realizando como opción de gobierno y muchos de los postulados que están planteados en esa constitución. El reto es reconocer la necesidad de encontrar un gran centro de convergencia para Venezuela".
Al finalizar el encuentro se citó a Don Giussani, quien afirma que "la primera política es vivir". Nuevamente el Happening fue el escenario de un encuentro con personas que se toman en serio su vida, dejando en evidencia que el valor de la persona es el punto de partida de cualquier acción social y política.