La noche más oscura

La película se posiciona desde el principio, cuando muestra las torturas a las que los agentes de la CIA someten a los sospechosos de tener informaciones valiosas. El hecho es que, gracias a esos métodos inaceptables, conseguirán algunas pistas que finalmente, y casi por casualidad, llevarán hasta el hombre más buscado del planeta, Bin Laden, que desde 2005 vivía recluido en un caserón de Abbottabad (Pakistán), a 160 kilómetros de Afganistán. La película combina momentos brillantes, con una tensión bien dosificada, con otros más escasos de ritmo y fuerza dramática. Pero el conjunto es resultón, con aire documental, protagonizado por una Jessica Chastain que, en realidad, es el puente de empatía entre el público y lo que ocurre ante nosotros. La película es suficientemente inteligente como para guardar cierta distancia, y dejar al espectador la valoración moral de los hechos; hechos que, en el fondo, son la gestión de una venganza. Aunque en este caso no sea fácil discernir por dónde debe caminar segura la justicia humana. Sin duda, un hito del cine histórico.