´La música es como una mujer celosa. Si no haces caso, te dará la espalda´

Cultura · José María Gutiérrez Montero
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16 agosto 2014
Tenemos hoy a cuatro jóvenes músicos, Álvaro, Rodrigo, Pablo y Teresa, integrantes del cuarteto CRAAS. En la conversación sobre sus proyectos, próximas giras, y sobre el trabajo diario de un músico y de una formación de estas características, hemos desentrañado lo que es la vida de un conjunto de músicos, y lo que es más importante, hemos podido tener una conversación real partiendo de los anhelos que todos tenemos en el corazón.

Tenemos hoy a cuatro jóvenes músicos, Álvaro, Rodrigo, Pablo y Teresa, integrantes del cuarteto CRAAS. En la conversación sobre sus proyectos, próximas giras, y sobre el trabajo diario de un músico y de una formación de estas características, hemos desentrañado lo que es la vida de un conjunto de músicos, y lo que es más importante, hemos podido tener una conversación real partiendo de los anhelos que todos tenemos en el corazón.

¿Cómo se llega a formar un cuarteto de cuerda?

Lo básico es un amor por la música, y especialmente por la música de cámara. Nosotros nos conocimos en el conservatorio, y teníamos este interés, esta ilusión. Partiendo de ahí, nos hemos puesto a trabajar juntos, y seguimos haciéndolo. Hay quien sale del centro de estudios con un grupo formado, y hay quien lo forma más adelante. Hay quien desde el comienzo de sus estudios conoce a compañeros con los que toca desde hace mucho tiempo, y más adelante deciden profesionalizarse juntos. Hay otra gente que lleva sus carreras por separado y en un momento deciden unirse.

¿Cómo es vuestro día a día de trabajo?

Durante el pasado año eran las clases con el profesor y uno o varios ensayos a la semana. Durante el próximo año fijaremos más de dos ensayos semanales para cubrir nuestro repertorio y nuestros proyectos. El grupo implica compromiso. Por eso, además de nuestros estudios tenemos fijadas ciertas actividades con el cuarteto, y el día a día es muy sacrificado, porque se renuncia a muchas cosas. Tienes que sacrificar momentos con tu familia, momentos con tus amigos…

¿Qué le diríais a alguien que piensa que la música es “un trabajo menor”?

Quien piense que la música necesita poco trabajo, es que no ha alcanzado a ver qué es realmente esta disciplina. Llevada a un nivel profesional, necesita mucho compromiso. En el arte, lo que el público recibe es el “resultado final”, pero también el trabajo que hay detrás, si se sabe valorar. La música es un arte, y el que hace música es un artista. El artista trabaja por naturaleza, porque ama lo que hace, porque está en contacto con la belleza. El artista cuando llega a casa no deja de ser artista, no es como un oficinista por horas.

¿Tenéis alguien a quien agradecer especialmente vuestra formación como músicos, y vuestra experiencia como cuarteto? ¿Cuáles son vuestras influencias?

En primer lugar, los profesores del conservatorio. Todo el grupo está en deuda con el profesor de cámara, que nos ha enseñado a trabajar en grupo. Nos ha enseñado a ser generosos con nuestro trabajo, a abandonarnos cuando tocamos, a sacrificar el ego. Los egos sólo pueden hacer que la cosa vaya a peor. También los profesores de instrumento nos ayudan a abordar técnicamente las obras que tocamos. No sólo a personas que conocemos. También a nuestros referentes, que aunque no conocemos personalmente, nos indican el nivel al que queremos llegar. Cuartetos como “Amadeus”, “Tokio”, “Emerson” nos lo demuestran con sus interpretaciones.

¿Qué proyectos tenéis próximamente? ¿Próximos conciertos?

Para la próxima temporada tenemos bastantes proyectos. Tenemos previstos conciertos desde finales de septiembre hasta mediados de marzo. Empezaremos en Madrid, y haremos una gira por el norte de España y Portugal. La formación del cuarteto tiene un amplio repertorio que queremos abordar a nuestro nivel. Además, no pretendemos hacer conciertos “enlatados”, sino que queremos ir variando en los diferentes conciertos, con diferentes obras de nuestro repertorio. Nosotros, que somos estudiantes, nos queremos acercar a lo que es la vida de un profesional. La música no es sólo tocar. No consiste en estar aislado en casa buscando la frase perfecta. También se aprende en grupo.

¿Quién gestiona vuestros conciertos?

Lo hacemos nosotros mismos. No tenemos intermediarios, nosotros negociamos nuestras condiciones. Hay una labor administrativa en la música que el músico también tiene que aprender a realizar. Es necesario que el músico que pertenece a la agrupación sepa manejarse en el mundo artístico, pero también en el mundo de los negocios de la música. Esto no se enseña en los conservatorios, pero existe. Parece que no, pero el artista también come.

¿Cuál es vuestro repertorio para esta gira?

Nos hemos centrado en Beethoven y Brahms. Hemos introducido también a Haydn, que para la formación del cuarteto es uno de los cimientos. Pretendemos que nuestro trabajo nos sirva también para nuestra educación, y por eso queremos abordar un repertorio formativo. Para la próxima gira vamos a trabajar dos cuartetos del op. 20 de Haydn, también estamos trabajando con el op. 74 de Beethoven, y en el op. 51 de Brahms. Del año pasado mantendremos el op. 95 de Beethoven. El profesor también quiere trabajar las integrales, una serie de obras del mismo autor, que guardan semejanzas entre ellas, y que por eso permite llegar a una comprensión del autor y su época. Al trabajar ideas específicas, el aprendizaje está más encauzado, es más ordenado y más eficiente. Esta temporada también vamos a trabajar con jóvenes compositores, Rodrigo Buenestado nos va a dedicar una obra para esta gira, que incluiremos en nuestro repertorio habitual.

¿Cómo es la vida del artista en relación con esta belleza? ¿Cómo describes la belleza?

El artista es aquél que está en comunión con la belleza. La belleza es su elemento. Para el abogado puede ser la Constitución. El problema es que la belleza no es algo que puedas tocar. Está ahí, y si ella lo ve oportuno, te deja ser partícipe de sí misma. Un artista necesita valentía por esto. Porque habrá momentos en los que te permitirá participar, y momentos en los que no. Es necesario que el artista se muestre “desnudo”, tal cual es. Hay artistas que parecen personas comunes, pero todo artista, tarde o temprano, tiene que saber contemplar, tener momentos de comunión con esta belleza. También es necesaria la humildad. Un artista tiene que ser humilde. No puedes ser egoísta con la belleza. No puedes anteponerte a ella, porque eres un transmisor. Porque la belleza ya existía antes que el artista, la belleza nos precede. No puedes ser egoísta porque no es tuya, es universal.

Habláis de la belleza como si pudierais hablar con ella, como de una persona.

Si no puedes hablar con la belleza, tienes un problema para ser artista. Si le pides algo a la belleza, no te va a contestar de repente. Nuestro profesor decía que la música es como una mujer celosa. Si no haces caso, te dará la espalda. Beethoven, por ejemplo, no pasaba por su mejor momento. “Los momentos en los que mejor he compuesto han sido momentos de dolor”. Es curioso cómo el artista también necesita pasar por este sufrimiento, por esta soledad, que le permite expresar esta belleza de forma genial.

NOTA. En este momento se para la entrevista, y leemos juntos la traducción del canto “A su dama” de Giacomo Leopardi, que expresa también de forma genial el anhelo de abrazar esta belleza que sobrecoge el corazón humano de todos los tiempos. Y en un instante, nos descubrimos todos deseando la misma belleza. Ya no somos tan desconocidos.

La verdad es que expresa lo que nosotros sentimos. Es curioso que se llame “A su dama”, porque la relación con la belleza es como la relación con una mujer.

¿Cuál es la situación de la música en España? ¿Cómo se puede cambiar?

El problema de este país en cuanto a la cultura es que es “el último mono”. Todos los países de nuestro entorno tienen sus propias dificultades, pero la consideración del arte es más equilibrada. Es necesario que la gente vea que el alma humana también necesita desarrollarse, es una pena que no exista esta preocupación, que en otros países también está empezando a desaparecer. Hay que saber educar a la gente en esta necesidad, trabajando en equipo, por medio de una educación artística. Rara es la persona en países del este que no ha tocado un instrumento desde pequeño. Cuando esta gente va a ver un concierto, admira a la gente que está tocando. Si no se educa seriamente en materias artísticas, el Auditorio estará vacío, se cerrarán las salas, porque se considerará que el arte es “tirar el dinero”. Ese es el principal problema de este país, que no lo ve rentable. Si un país invierte sólo en el dinero, en el funcionamiento de la economía especulativa únicamente, pero no es capaz de invertir en cultura y ciencia del mismo modo, el rostro del país queda deshumanizado. Es necesario educar personas, no consumidores, ni objetos de consumo.

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