La leyenda de los Bee Gees crece con la muerte de Robin Gibb

Cultura · Félix Caballero
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21 mayo 2012
La música disco está doblemente de luto. A la muerte de Donna Summer el 17 de mayo, se ha sumado la de Robin Gibb solo tres días después. Su hermano gemelo, Maurice, ya había fallecido hacía nueve años, inaugurando la leyenda de los Bee Gees, que ahora se agranda todavía más. En los años 70 fueron los reyes de las discotecas, pero antes ya se habían revelado como uno de los grandes de la psicodelia.

Robin Gibb murió el 20 de mayo a los 62 años por un cáncer de colon. Los problemas de salud para el cantante de los Bee Gees fueron constantes desde que en 2010 le fuera diagnosticado un cáncer de colon e hígado, del que en un principio se creyó que se había salvado "milagrosamente". Sin embargo, la recuperación no pareció ser completa y en 2011 fue sometido a una operación por una obstrucción intestinal.

El 11 de abril, Robin canceló su asistencia al lanzamiento de Titanic Requiem, un trabajo clásico del compositor junto a su hijo RJ basado en el hundimiento del famoso transatlántico. El motivo de la anulación fue una neoumonía que llevó a Gibb a ingresar en una clínica privada de Londres, donde, tras pasar varios días en coma, logró recuperarse sorprendentemente. La presentación de Titanic Requiem iba a ser la reaparición de Robin Gibb en público después de que toda su agenda tuviera que ser cancelada a consecuencia de una operación intestinal de urgencia que se le practicó el 25 de marzo, pero finalmente no pudo ser.

Robin es el tercer hermano Gibb fallecido. En 1988, con solo 30 años, murió Andy, el pequeño, que en la década de los 70 desarrolló una carrera paralela a la de los Bee Gees, convirtiéndose en un ídolo juvenil. Maurice, gemelo de Robin, falleció en 2003, a los 53 años, tras sufrir un ataque al corazón.

Los hermanos Gibb nacieron en Gran Bretaña, en la Isla de Man, uno de los seis países celtas. En 1958 emigraron con sus padres a Australia, y fue allí donde fundaron los Bee Gees, nombre procedente de la fonética de las iniciales de Brothers Gibbs. Tras su primer gran éxito en Australia con el tema y el disco Spicks And Specks (1966), volvieron a Gran Bretaña en una época marcada por la explosión de los Beatles y el sonido Mersey. Allí aumentaron la formación con el guitarrista Vince Melouney y el batería Colin Peterson, que desaparecieron del grupo en 1971.

Coronados comercialmente en la fiebre discotequera de la década de los 70, los Bee Gees habían mostrado mucho antes un extraordinario talento para la creación pop, a veces barroca, otras psicodélica, siempre melódica, en canciones ensalzadas por sus armonías a tres voces y una elevada sensibibilidad en el concepto compositivo.

El éxito bajo las bolas de espejos solapó sus mejores trabajos (sin su famoso falsete) que se encuentran en la psicodélica época anterior. El LP doble Odessa (1969) es una de sus grandes obras, comparable a los mejores momentos de los Beatles y de un planteamiento de pop experimental muy similar al Sgt. Peppers o el Pet Sounds de los Beach Boys.

De esa época son también los magníficos discos Horizontal (1968) e Idea (1968) y canciones como Massachusetts, I've Gotta Get A Message To You, Words, Lonely Days o How Can You Mend A Broken Heart.

Fue durante la década de los setenta cuando los Bee Gees se consagraron como uno de los grupos más influyentes de ese momento. En Main Course (1975) introdujeron su característico falsete, y en 1977 rompieron todos sus récords con la banda sonora de la película Saturday Night Fever (1977), protagonizada por John Travolta, a la que pertenecen sencillos tan míticos como Stayin' Alive, How deep Is Your Love, Night Fever, More Than A Woman (cantado por Tavares) o If I Can't Have You (intepretado por Yvonne Elliman). Este album, obra maestra de la música disco, sería uno de los LPs más vendidos de toda la historia de la música moderna.

La mezcla de baladas y música disco que hicieron furor en las discotecas de todo el mundo les ayudó a vender 35 millones de copias del álbum Spirits Having Flown (1979), con hits como Tragedy, Love You Inside Out y Too Much Heaven, aunque al principio de la siguiente década los tres hermanos empezaron a experimentar el rechazo de la crítica y el olvido del público.

El nombre de los Bee Gees, que cosecharon récord de ventas de más de 200 millones de copias vendidas desde que alcanzaron la fama en la década de los 60, permaneció en activo con algunos discos y actuaciones, pero en 2003 quedó definitivamente disuelto con el fallecimiento de Maurice Gibb. Ahora, también sin Robin, es ya una auténtica leyenda.

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