La ´gran mamá´ que nos trata como niños

Decía Bob Noorda, quizás el mejor diseñador de logos de todos los tiempos, que “un buen proyecto de diseño no debe estar influenciado por las modas sino que debe durar el mayor tiempo posible”. Pero ni siquiera el logo más bonito está hecho para durar eternamente. Y cuando ya todos nos habíamos acostumbrado al de Google, aunque solo estaba vigente su última versión desde septiembre de 2013 y a pesar de que ciertamente no era un logo perfecto, con esta G mayúscula tan larga y airosa y esa otra g minúscula un poco extraña y juguetona. Las dos oes ligeramente rodadas como en un plano inclinado, y el cierre de la l como un bastón un tanto inseguro y una e que parecía quedar colgando. Nada perfecto pero ya todos lo habíamos metabolizado. Era el logo que nos simplificaba la vida. No hay un “no sé” que gracias a la ventanilla situada bajo ese logo no pudiera encontrar una (probable) solución. Google es ese tipo de “páginas amarillas” globales que muestra todos los detalles en la red. Esa G panzuda era el emblema del lugar donde está todo, donde se encuentra todo lo que se busca.
Pero Google ha decidido cambiar y ha adoptado un nuevo logo saltando a la otra orilla, a la de los caracteres secos, con una G muy, casi demasiado, esencial. Los colores siguen la misma secuencia, lo que para nuestros ojos supone un elemento de continuidad muy fuerte. Paradójicamente, mejoran la l y la e, a la que se le ha imprimido una ligera rotación hacia arriba, como si anunciara algo divertido. El trazo de los caracteres es grueso, regular, incluso un poco rechoncho en las oes.
Probablemente se haya seguido un criterio funcional, pues los caracteres con detalles pueden plantear problemas de legibilidad en los dispositivos más pequeños, como los smartphone, que cada vez conquistan más espacio entre los que navegan por internet. En cambio el nuevo logo, más lineal, aparecerá sin problemas en todo tipo de pantallas.
Dos pequeñas reflexiones al margen. El nuevo logo de Google tiene un punto infantil. Es en parte como si el gran motor de búsqueda supiera que tiene delante a niños eternos, totalmente dependientes de esa gran mamá que resuelve todos los problemas y da respuesta a cualquier tipo de curiosidad. Segunda reflexión. Si bien la gráfica es un arte y ni la web más grande del mundo puede huir de estas reglas, si hubiera estado Bob Noorda habría dado una lección a los de Google sobre cómo ligar dos oes consecutivas. El logo de Coop (diseñado en 1963 y retocado en 1985) que Noorda diseñó junto a Albe Steiner sigue allí, imponente emblema del gusto y la elegancia italiana. No será eterno, pero dura en el tiempo y no cansa.