La foto de la normalización
Los etarras, al fin rendidos, y dispuestos a hacer "sólo política, sin las armas". El problema es de tiempos y de orden de los factores que, en este caso, sí altera el producto. Esta foto dentro de cuatro años nos hubiera dejado tranquilos de verdad. Pero se ha invertido el orden. Primero se le ha dejado a ETA hacer política y después ETA ha anunciado que renunciaba a la violencia. El orden adecuado debería haber sido el inverso.
Si la política hubiera llegado después de un tiempo prudencial, pongamos que una legislatura, no habría que haber temido un rebrote de la violencia. Ahora no queremos hablar de ese rebrote y es lógico, nos parece inimaginable que ETA vuelva a matar. Quizás lo sea. Pero la sola amenaza supondría ya algo intolerable y no es descartable. El PP podría encontrarse con esa amenaza y con un grupo parlamentario de pro-etarras muy activo. Arriola, el sociólogo de cabecera de los populares, decía no hace mucho que de ETA no hay que hablar. Ojalá sea algo más que un deseo.