La Fe que cambia la historia
En Caritas in Veritate 75 leemos: la cuestión social se ha convertido radicalmente en una cuestión antropológica. Estas palabras, que nada tienen que ver con la buena voluntad o con la simple especulación teológica, se refieren a la praxis cristiana como respuesta al Amor de Dios.
Benedicto XVI ha dedicado los ocho años de su Ministerio a acercarnos a lo que el teólogo Ratzinger alguna vez llamó la fantasía creativa del Amor de Dios. Seguro de que el Amor es el fundamento último de la praxis cristiana y que los vínculos de amor que se establecen entre Dios y los hombres son condición de libertad, el Papa ha profundizado en la cuestión sobre el hombre que ya el Concilio Vaticano II presentó como una emergencia histórica y cultural.
No es por casualidad que la única Encíclica social de Benedicto XVI sea una conmemoración de Populorum Progressio. No es casualidad que la cuestión central de Caritas in Veritate sea dar respuesta, desde la praxis cristiana, a la vocación humana que no es otra que la de ser hombre en plenitud en todas y cada una de las etapas en las que se desenvuelve la vida. El cristianismo no se desvanece en lo indeterminado, por eso Benedicto XVI ha empeñado su Magisterio y su Ministerio es iluminar una verdad que no acabamos de creernos: el Amor de Dios y los vínculos de amor que se tejen como fruto de este Don y que se sostienen comunitariamente son históricamente operativos.