La estrategia de Chávez para ganar las elecciones
El plan de negocios presentado por el ministro Rafael Ramírez fija como meta de producción para el 2012, la cifra de 3.500.000 barriles diarios, hipótesis irreal pues este año escasamente llegó a 2.500.000. Pdvsa actualmente importa petróleo para cumplir compromisos, está comprometida a suministrar a Cuba y países del Caribe mas de cien mil barriles diarios que son cancelados mediante servicios o materias primas y la deuda con China, superior a 20.000 millones de dólares, debe cancelarse mediante suministro de petróleo.
El ingreso por regalías lo utiliza Chávez para financiar las Misiones, su instrumento para captar votos de los sectores sociales menos favorecidos. El proyecto reeleccionista exige incrementar el gasto público, a cuyo efecto la Asamblea Nacional aprobó un cálculo de 50 dólares por barril, siendo que el precio promedio en 2011 fue de 100 dólares. El diferencial de 50 dólares por barril lo administra Chávez a través de Fonden, sin control o restricciones de tipo alguno.
En la cancha opuesta jugarán contra Chávez en 2012 dos adversarios temibles: la inflación, que según los expertos sobrepasará el 30%, y la devaluación, consecuencia inevitable de la sobre evaluación del bolívar. El presidente del Banco Central reconoció que la inflación en 2011 llegó a 27% al cierre del año. Los expertos afirman que Chávez incrementará el gasto público sin un mínimo de prudencia pues se juega la reelección. La expansión del gasto repercute inevitablemente en la inflación, que aumentará a 30% y puede llegar a 40% en los sectores alimentos y transporte. Coinciden también en que Chávez, obsesionado por el resultado de los comicios, recurrirá a la devaluación del bolívar para incrementar los ingresos, sin reparar que la devaluación tiene inevitables efectos en la inflación y por tanto en la capacidad de compra de los electores.
Frente a la reelección aparecen ahora los "ni ni". Conforme al informe presentado a Chávez por la sala situacional el grupo representa a los indecisos y responden a variadas motivaciones:
a) empleados públicos, inscritos en el PSUB, piensan que hay mucho de verdad en las denuncias sobre corrupción, desempleo, desabastecimiento, costo de vida, inseguridad, ante lo cual Chávez se muestra indiferente y no debe ser reelegido;
b) maestros en las escuelas públicas nacionales, dicen formar parte del polo patriótico pero se abstendrán de votar porque tanto ellos como familiares han sido objeto de robos, hurtos, asaltos, secuestros y delitos similares, sin que las autoridades presten atención a las denuncias formuladas en cada caso y nunca son detenidos los posibles autores del hecho;
c) trabajadores en la administración pública nacional que se negaron a inscribir en el PSBV y fueron destituidos, dicen que no les simpatizan los candidatos de oposición pero votaran por el que salga electo en las primarias porque con el actual gobierno no conseguirán trabajo. El informe tiene cinco literales más pero de contenido similar. Los llamados indecisos alegan razones similares para expresar su disgusto por un gobierno incapaz de resolver los grandes problemas nacionales.
¿Final del Socialismo siglo XXI? Lo sabremos el próximo 14 de octubre, la fecha fijada por el CNE para la elección presidencial. De acuerdo con la Constitución el presidente que resulte electo debe tomar posesión del cargo el 10 de enero de 2014. Ese lapso de 3 meses, entre la elección y la toma de posesión, puede convertirse en capítulo impredecible de la Venezuela contemporánea.