La enésima guerra, ´hija´ de Obama
“La ofensiva terreste está sobre la mesa y las instrucciones del premier son prepararse para una profunda, larga, continua y dura campaña en Gaza”. Citando fuentes oficiales del gobierno israelí, la página web Haaretz publicó la noticia de una nueva posible guerra entre Israel y Palestina.
Netanyahu ha llamado a 1.500 reservistas mientras continuaban el lanzamiento de misiles y los bombardeos aéreos en Gaza. Según estimaciones palestinas, ya se contabilizan decenas de muertos, entre ellos dos mujeres y un niño. El asesinato de tres chicos israelíes, al que siguió el de un joven palestino, ha vuelto a encender la llama de la guerra.
Según el general Carlo Jean, presidente del Centro de Estudios de Geopolítica Económica, nos encontramos ante una nueva misión de guerra inútil, como las precedentes, que ya empiezan a resultar agotadoras incluso para los propios israelíes.
El presidente israelí saliente Peres y su sucesor Rivlin han publicado una carta abierta donde alzan la voz en contra de la venganza y el terrorismo, y en defensa del derecho a la vida de judíos y árabes. ¿Cómo valora este documento en el umbral de una posible nueva guerra?
Diría que se trata de una carta escrita más por obligación que por un significado real. Una carta obligada tras la muerte del joven palestino para no perder el apoyo de la opinión pública occidental, pero el problema sigue siendo el mismo que antes, incluso con esta carta. El hecho es que Israel puede aprovechar la muerte de tres chicos para tener la ocasión de dar un golpe militar muy duro a Hamás. Además, hay que tener en cuenta que Hamás es aliado de los Hermanos Musulmanes, por lo que Israel adquiere vía libre en Egipto.
Se prepara una nueva ofensiva terrestre del ejército israelí. Hemos visto ya muchas y los resultados no aportan nada definitivo. ¿Está de acuerdo?
Diría que sí, y creo que los propios israelíes son los primeros en estar cansados de estas operaciones militares. Ya vimos la última vez que estas campañas no llevan prácticamente a nada, a menos que Israel decida llevar a cabo una campaña militar tan fuerte como para destruir a Hamás de una vez por todas. Pero no será así, y al final esta operación volverá a tener un solo resultado.
¿Cuál?
Se encontrará una forma de compromiso con Hamás por la que Hamás condene el asesinato de los tres jóvenes israelíes e Israel condenará la muerte del joven palestino.
Pero mientras tanto en Gaza llueven los misiles, se habla de la muerte, entre otros, de dos mujeres y un niño.
Eso se da por descontado, y desgraciadamente se considera normal en el escenario de Oriente Medio que se ha constituido. Pero el lugar donde se resolverán las cosas será en las conversaciones entre Hamás y Al Fatah.
¿Qué solución podrán aportar?
Hamás tendrá que aceptar la imposición que le haga Al Fatah. Porque Netanyahu nunca aceptará un estado palestino donde además gobierne Hamás. La línea del premier israelí es clara, convencer a los palestinos de que si tienen una posibilidad pasa por convivir con Israel; estar con nosotros es mucho mejor que estar con otros árabes. A menos que una intervención de Turquía abra una espiral diferente.
¿Por qué Turquía?
Turquía siempre ha tenido un papel relevante en el escenario medioriental, pero respecto a sus problemas internos suele permanecer en silencio, basta ver que no ha abierto la boca sobre el caso de Crimea. Ahora habrá que esperar alguna declaración significativa por parte turca, en vistas de un posible ataque israelí.
¿Cree usted que la visita del Papa Francisco, el encuentro en Roma con los líderes palestino e israelí, pueden adquirir cierto valor en la diplomacia vaticana de Oriente Medio?
La iniciativa del Papa sin duda ha tenido una gran relevancia mediática, pero no creo que pueda llevar a un desarrollo más concreto. Ciertamente, el Vaticano tiene un papel importante, sobre todo para mantener abiertos los canales diplomáticos de diálogo donde sea posible discutir, pero entre las palabras y los hechos hay una gran diferencia.
La política exterior americana en Oriente Medio parece totalmente ausente.
No, no está ausente. El problema es que América sufre el liderazgo de un presidente que se ha comportado de un modo miserable con el mundo árabe.
¿En qué sentido?
Recuerde el discurso de Obama de 2009, donde de hecho animaba al mundo árabe a salir a la calle y rebelarse contra sus líderes, un discurso que no fue en absoluto indiferente para el nacimiento de la primavera árabe. Luego la cosa se le escapó completamente de las manos y Obama ya no supo qué más decir. Hoy el presidente de Estados Unidos goza de un apoyo en los países árabes aún más bajo que el que tenía su predecesor George W. Bush.