La dictadura y la pasión de Henry

Mundo · Aliosha Miranda
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4 septiembre 2017
“La belleza salvará al mundo”, escribió Dostoievski. Sí, pero qué belleza, qué belleza tiene la fuerza de pararse frente al mal y generar bondad, qué tipo de belleza puede redimir a las personas en medio del sufrimiento que se vive en la Venezuela de hoy.

“La belleza salvará al mundo”, escribió Dostoievski.

Sí, pero qué belleza, qué belleza tiene la fuerza de pararse frente al mal y generar bondad, qué tipo de belleza puede redimir a las personas en medio del sufrimiento que se vive en la Venezuela de hoy. Desde que se instaló la Asamblea Nacional Constituyente se ha perdido cualquier vestigio de democracia en el país, la dictadura no ha hecho más que perseguir al que piensa distinto, perseguir a una fiscal incómoda que tiene pruebas de corrupción y, por si fuera poco, el pasado 18 de agosto la Asamblea Nacional Constituyente asumió las competencias de la Asamblea Nacional. Pareciera que el gobierno tiene control sobre todo, que tiene control sobre todo lo que pasa en el país y que se hace únicamente lo que ellos desean, no pasa nada sin que ellos lo permitan o sin que se den cuenta.

Sin embargo, siguen resonando las palabras de Dostoievski. “La belleza salvará al mundo”. Sí, pero qué belleza.

Para la ONG Trabajo y Persona esta belleza existe y tiene un nombre concreto: trabajo. Así, parafraseando al maestro ruso, me atrevo a decir que esta organización ha nacido de la certeza de que el trabajo salvará al mundo, o más bien, de que el trabajo salvará a las personas.

El trabajo tiene la capacidad de salvar a las personas. ¿Cómo se puede afirmar esto? En este punto podría explicar que esta organización no concibe al trabajo como un mero factor de producción o una forma de esclavización, podría explicar que en Trabajo y Persona el trabajo es concebido como una necesidad del corazón del hombre y que a partir de allí la institución genera cursos en diferentes oficios para que la gente pueda aprender a trabajar y, a través de esto, encontrar un sentido para su vida. Podría explicar toda la filosofía de la empresa, pero no, porque en Trabajo y Persona hay suficientes historias que hablan del poder del trabajo y su capacidad de redención. Una de ellas es la de Henry Torrealba. Un chico de una de las zonas populares de Caracas que participó en un curso de carpintería realizado por esta ONG en 2014.

En un video del canal de Youtube de la organización llamado “Testimonios: emprendedores del mueble” vemos a Henry, con una sonrisa y un brillo en los ojos, al borde de un llanto alegre, mientras habla dice: “si no fuera por esto sería un delincuente”, agradece a su madre y, sobre todo, agradece todo lo que vivió durante el curso organizado por Trabajo y Persona. “Si no fuera por esto sería un delincuente”. En esta frase se condensa la historia de una vida, esta pequeña frase nos da un buena idea de la realidad en la que le ha tocado crecer a Henry, pero sobre todo nos dice que existe la esperanza para las personas en su situación y que, como afirma Trabajo y Persona, el trabajo tiene la capacidad para redimir la vida de las personas. Es evidente, Henry ve en el trabajo una posibilidad para redimirse y él, moviendo su libertad, ha decidido tomar esa posibilidad. Su historia con el trabajo es una historia de belleza.

Dicho video fue publicado el 6 de mayo de 2014, la situación venezolana era ya muy mala por aquellos días, pero no es nada en comparación con lo que se vive hoy; hoy hay mucha más hambre, hay familias reunidas comiendo de la basura en la calle, muchos más niños muertos por falta de insumos en los hospitales, en fin, desde 2014 hasta el día de hoy las cosas han cambiado en Venezuela, y no para mejor. Sin embargo, hace pocos días tuve la posibilidad de hablar con Henry, le pregunté que si aún le gustaba la carpintería, respondió: “claro mayor, usted sabe que esa es mi pasión”. Muchas cosas han empeorado en Venezuela desde 2014 hasta hoy, pero la pasión de Henry por carpintería sigue intacta, y a partir de aquí se entiende que la dictadura no puede controlar todo lo que pasa en el país, podrán disolver la asamblea nacional, podrán disolver la democracia, pero nunca, nunca podrán disolver la pasión de Henry por la carpintería, ellos no podrán borrar la marca que Trabajo y Persona dejó en Henry. Se ve esta historia y se recuerdan las palabras de Orwell en 1984: «el fondo del corazón, cuyo contenido era un misterio incluso para su dueño, se mantendrá siempre inexpugnable». Si estamos atentos, vemos que aun en medio de esta crisis hay cosas que se mantienen inexpugnables, que la belleza se mantiene inexpugnable siempre y que por eso tiene la capacidad de prevalecer sobre el odio.

“La belleza salvará al mundo”. Esto es lo que testimonia la historia de Henry, se puede objetar que la belleza del trabajo no salvó al mundo, solo salvó a uno. Aquí recordamos el final de La Lista de Schindler, cuando Stern agradece a Schindler su solidaridad y le dice: “quien salva una vida, salva al mundo entero”. Pues bien, tengamos paciencia frente a la crisis y sigamos estas bellas historias que surgen y, sobre todo, tomémonos en serio nuestro trabajo, de modo que nuestra vida, al igual que la de nuestro amigo Henry Torrealba, también pueda ser redimida.

Dejemos que la belleza del trabajo nos salve a nosotros también.

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