La clonación de unos macacos reabre el debate sobre la clonación humana
Hace más de 20 años que el investigador escocés Ian Wilmut logró por primera vez clonar un mamífero, la oveja ‘Dolly’, que nació el 5 de julio de 1997, aunque como todos saben murió prematuramente probablemente como consecuencia de las modificaciones epigenéticas originadas por la manipulación genética que la originó. El experimento tuvo lugar en el Instituto Roslin en Escocia y fue el producto de más de 700 intentos, mediante la tecnología del trasplante artificial del núcleo de una célula de glándula mamaria de una oveja adulta, en ovocitos (gametos femeninos), a los que previamente se extraía su núcleo. Desde entonces el método del trasplante nuclear (SCNT, Single Cell Nuclear Transfer) es el habitualmente utilizado en Mamíferos. En el caso de ‘Dolly’, el núcleo trasplantado procedía de otra oveja de la raza ‘Finn Dorset’. El óvulo así manipulado, con el ADN de la oveja donante, se implantó en el útero de una oveja de otra raza para su gestación. ‘Dolly’ resultó genéticamente idéntica a la oveja de la raza ‘Finn Dorset’.
Desde entonces han sido clonados hasta 23 especies de mamíferos, ovejas, vacas, caballos, cerdos, perros, gatos, ratones, ratas, etc. pero las dificultades técnicas hicieron que no se lograse nunca en primates.
La mayor aproximación la había hecho el biólogo celular Shoukhrat Mitalipov de la Universidad de Oregon, en Portland, que en la década del 2000 intentó clonar el mono Rhesus con la mima técnica del trasplante nuclear. Tras utilizar más de 15.000 ovocitos de mono nunca logró que sobreviviera ninguno y no fue capaz de producir ningún clon. Este mismo investigador publicó en 2013 en la revista Cell la obtención de embriones clónicos humanos con la misma técnica [1]. No obstante, no progresaron o fueron destruidos o simplemente nunca fueron implantados.
Ahora, unos investigadores del Instituto de Neurociencias, de la Academia de Ciencias de Shanghai, dirigido por el Dr. Qiang Sun, director de la instalación de investigación de primates no humanos han anunciado la clonación de dos pequeños macacos, ‘Zhong Zhong’ y ‘Hua Hua’, que pasan a convertirse en los primeros primates propiamente clonados. El trabajo ha sido publicado también en la revista Cell a finales de enero [2]. El procedimiento ha sido de nuevo el trasplante nuclear y después de que el ADN de las células somáticas del donante fuera transferido a ovocitos de macaca, desprovistos de su núcleo, se utilizó la “reprogramación genética” para activar o desactivar genes y estimular el desarrollo embrionario de estas células. Los ovocitos receptores del núcleo del donante (ADN) se convierten en equivalentes a células cigóticas, por poseer una dotación cromosómica y genética completa, y en este caso idéntica al ejemplar de que procede el núcleo trasplantado.
El nacimiento de los macacos clónicos ‘Zhong Zhong’ y ‘Hua Hua’ ha sido el resultado de 79 intentos de trasplante nuclear, utilizando el núcleo de células de tejido conectivo fetal. Previamente se había intentado con otro tipo de células somáticas adultas pero los embriones clonados no lograron sobrevivir. Los dos macacos clonados están actualmente siendo alimentados con biberón y, según sus obtentores, crecen normalmente.
Se trata de un logro biotecnológico importante que, según los investigadores que han logrado estos macacos clónicos, abre nuevas perspectivas para la ciencia y la medicina. Se espera que nazcan más macacos clonados en los próximos meses y continuar así las investigaciones en clonación de animales. Según los obtentores, el objetivo es allanar el camino para la investigación de enfermedades humanas, utilizando poblaciones de monos genéticamente idénticos que pueden ser personalizados. La idea es obtener una población de monos genéticamente idénticos, con el mismo fondo genético, para luego modificar únicamente un gen. Esto generará modelos para investigar enfermedades genéticas del cerebro como el Parkinson, u otras como cáncer, trastornos metabólicos, inmunológicos, etc. para investigar la eficacia de medicamentos alternativos antes de su uso clínico.
Hasta aquí, las perspectivas y motivaciones biomédicas. Sin embargo, la clonación de monos es un paso inquietante por el acercamiento a una eventual clonación humana. Algo que está prohibido en la legislación de los países más desarrollados del mundo por razones éticas, pero que podría seguir el mismo camino.
El Dr. Robin Lovell-Badge, del Instituto Francis Crick de Londres ha hecho una declaración de que no cree que esta investigación aumente las posibilidades de clonar seres humanos: ´el trabajo de esta publicación no es un punto de partida para el establecimiento de métodos para la obtención de clones humanos nacidos vivos. Sigue siendo algo muy estupido intentarlo. Sería demasiado ineficiente, demasiado inseguro, y también inútil. En el caso humano si se llegase a ello, los clones pueden ser genéticamente idénticos, pero un ser humano está lejos de ser sólo el producto de sus genes´.
Tras lo que acabamos de señalar queda únicamente por decir que la clonación humana, caso de intentarse va contra la dignidad del ser humano, que efectivamente es mucho más que lo que dictan sus genes, es una realidad corpóreo-espiritual. Un ser humano no puede tratarse como un objeto, como un medio, sino como un fin en sí mismo.
[1] Tachibana, M, Amato, P., Mitalipov, S., et al. «Human Embryonic Stem Cells Derived by Somatic Cell Nuclear Transfer» Cell, 153 (2013),(6): 1228-1238.
[2] Liu, Z., Cai, Y., Wng, Y., Sun, Q,, y col. «Cloning of Macaque Monkeys by Somatic Cell Nuclear Transfer». Cell (2018); https://doi.org/10.1016/j.cell.2018.01.020
Nicolás Jouve es catedrático Emérito de Genética y presidente de CíViCa (Asociación miembro de la Federación Europea One of Us)