La clase de religión
Es verdad que resulta llamativo que, mientras que en Educación Infantil y Primaria el porcentaje se sitúe en torno al 85%, los números en Secundaria eran más bajos. Pero lejos de los análisis gruesos, sin matices y por elevación descalificadores hacia la Iglesia, la realidad es que los adolescentes y jóvenes que cursan religión católica lo hacen contra corriente, eligiéndola a pesar de que como alternativas se les ofrecen opciones desiguales en cuanto a contenido y evaluación, cuyo paradigma es la opción denominada "atención educativa", donde los alumnos tienen repaso, estudio, recreo o incluso nada.
Por eso los datos, lejos de hacernos caer en un pesimismo infundado, han de animarnos a seguir defendiendo la libertad y la verdad frente a las leyes que las ponen en cuestión y los altavoces obedientes, que con curiosa puntualidad se ponen en marcha cada vez que se abre el plazo para que los padres, libremente, puedan ejercer su derecho de apuntar a sus hijos a la clase de religión.