La Cartografía del corazón humano (V)
El conocimiento de la cartografía del corazón humano es lo que permite dar un mandato de este tipo, y partiendo del conocimiento del hombre, de sus anhelos, ilusiones e impulsos vitales, es posible concebirlo como una sola Humanidad, pues Jesús nos dio un mandato para todos y cada uno de los pueblos, iluminándonos que la naturaleza del hombre es mundana y terrenal, pero también trascendente y espiritual (en la tierra y en el cielo). Esta cosmovisión del hombre suscita la idea de unidad, que el propio Papa BXVI aborda en su obraúltimo.
Efectivamente, solo tomando la Humanidad como unidad, por la igualdad de origen y naturaleza de todos los hombres, podemos comprender la globalización, y más en concreto, la nueva sociedad global y las relaciones humanas derivadas. Solo si hay Amor hay unidad basada en la Verdad. Y este Amor no es mundano, al igual que tampoco lo es la unidad que resulta de este Amor. Siguiendo nuevamente al Papa BXVI: “La unidad no viene del mundo; no es posible lograrla con las fuerza que le son propias del mundo; las propias fuerzas del mundo condenan a la división”.
La unidad que se percibe en la nueva sociedad global tiene el mismo origen que la libertad que expande y difunde Occidente. La fuente es el Amor. Sobre su base es posible entender el mensaje de hacer llegar el Evangelio a todos los pueblos del mundo. Sobre esta base, se construye una unidad, que es lógicamente plural y diversa, tanto como pueblos y personas. El hombre en la nueva sociedad global está llamado a entrar en comunión con los demás, y alcanzar en ese instante una liberación creadora de nuevas relaciones humanas. Pero ¿es la nueva sociedad global contemporánea una sociedad global fundamentada en la unidad?