La carta de Giordani

El ala extremista del chavismo se quedó sin uno de sus más importantes representantes, comenta un analista del diario El Universal. La salida de Jorge Giordani del Ministerio de Planificación y la publicación de la carta escrita por éste, en la que se critica el liderazgo de Maduro, son evidencias de un intento por cambiar la forma como se hacen las cosas dentro del oficialismo, especialmente en materia económica.
Lo que nos muestra es el intento del gobierno de acabar con algunos actores, completamente radicales en el plano económico como la devaluación. Para el analista el gobierno no puede seguir ignorando la crisis económica que ellos mismos generaron y se van a ver obligados a hacer cambios macroeconómicos en el país. Cita como ejemplo las declaraciones del vicepresidente para el área económica, Rafael Ramírez, en las que se habla de la reunificación del sistema cambiario, calificada por muchos como una devaluación. La carta tiene elementos de crítica que son ciertos, vienen heredados de la gestión de Chávez. Su gobierno introdujo mecanismos de control de cambios, de control de precios, inicia los ataques a la empresa privada y las expropiaciones, así como las pésimas relaciones con los países socios a nivel internacional.
Maduro aspira a que su gobierno tenga un mayor aprecio y a ese efecto designa a dos generales para que formen parte del Gabinete. Entre otros, Maduro quiere dividir el gabinete en un ejecutivo operativo que va a enfrentar o tratar de enfrentar los cambios que requiere el país para mejorar económicamente luego de una crisis muy severa, versus un gabinete un poco más de show, de micro, un gabinete en el cual se escondan lo que van a ser los cambios macro. Para llevar a cabo esa tarea el gobierno necesita estabilidad, y de ahí que los militares ocuparan otras posiciones claves.
Los observadores internacionales y la opinión nacional se dan cuenta de que Maduro pasa a depender enteramente de los militares, y de los cuales dependerá ciento por ciento. Es el renacimiento del chavismo auténtico que pudiera ser el escenario final de esa onerosa experiencia venezolana en lo que va del siglo XXI.
La alternativa viable es la aparición de un candidato de las propias filas del chavismo que se oponga a Maduro, brindándole una oportunidad de oro a la oposición. Esto pasa por lograr la unidad de sus fuerzas internas y lograr un proyecto de país que incluya más que un cambio de gobierno y capte a los no alineados, quienes han tendido a votar por el oficialismo en muchas ocasiones pero que suelen castigar a los gobiernos cuando éstos se enfrentan a una crisis crónica.