La ausencia, ¿defecto o recurso?
“¿De qué es ausencia esta ausencia, corazón, que de repente te llena?”. Este verso del poeta Mario Luzi dará título a la próxima edición del Meeting por la amistad entre los pueblos, que se celebrará del 20 al 26 de agosto.
Como el poeta, el Meeting quiere interpelar al corazón del hombre, descubriendo en él la experiencia de una ausencia que, con una fuerza abrumadora, como el agua que escapa de un dique al romperse, lo inunda. ¿Pero cuál es el origen de esta ausencia? ¿De dónde viene? ¿Es un defecto, o puede ser un recurso?
No afrontar estas preguntas produce un empobrecimiento de la persona: la reducción del deseo, “la falta de meditación, la imprudencia o desesperada confusión o complaciente repetición de «verdades» que se han convertido en triviales y vacías”, como dice Hannah Arendt, la indiferencia ante los demás, la paradójica soledad dentro de un mundo hiper-tecnológico y siempre conectado, la sensación de ahogarse porque las circunstancias y los hechos de la vida se convierten en una cárcel, una especie de búnker del que no se puede salir.
El arte, la música, la poesía, expresiones en las que el Meeting de este año pondrá una particular atención, representan desde siempre el testimonio de esa irreductible ausencia que habita en el corazón del hombre, pero al mismo tiempo expresan ese grito y esa chispa de nostalgia capaces de suscitar el deseo de lo eterno.
Provocados y conmovidos ante la ausencia que reconocemos en nosotros mismos y en todos los hombres, trataremos de observar los diversos ámbitos del vivir (ciencia, y biología en particular, derecho, filosofía, economía, política), documentando cómo cualquier reducción del yo, aun inconscientemente, influye en la vida concreta y real de todos los días. Al mismo tiempo, seguiremos las huellas de hombres que, precisamente a partir de algo que falta en su vida, no se cansan de buscar, emprender y salir al encuentro.
¿Pero aún es posible para cada uno de nosotros un imprevisto, un pequeño deslumbramiento, capaz de hacer renacer el corazón, capaz de afecto y de amor, finalmente presente ante sí mismo y libre ante la realidad? ¿Dónde interceptar la mirada de alguien que todavía sepa sorprenderse y dejarse cambiar por lo que sucede?
Solo aceptar el desafío de esta posibilidad hace que aún siga valiendo la pena realizar el Meeting y participar en él.