Karla y los bandos
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Karla Sofía Gascón no estuvo en la gala de los Goya para presentar la película ‘Emilia Pérez’, nominado a mejor filme europeo. Netflix, que es la productora, como es sabido, ha quitado de en medio a Karla Sofía Gascón.
Se ha discutido mucho en los últimos días si lo de Netflix es un acto de cancelación a Karla Sofía Gascón por sus expresiones racistas o por sus ideas ultras. Ha vuelto una vieja discusión: ¿se puede separar a la persona que crea arte de su obra? ¿Podemos decir que el pensamiento de tal filósofo es bueno aunque apoyara a los nazis? ¿Podemos admirar y fomentar las lecturas de un escritor de novelas que haya sido condenado por pederasta? ¿Se pueden admirar los cuadros de un asesino en serie? Es una discusión interesante. Pero lo de Karla Sofia Gascón no va de eso. Lo de Karla Sofía Gascón va de suposiciones, de las ideas y de los sentimientos que se supone que debe tener “uno de los nuestros”. El escándalo que ha provocado el caso de Karla Sofia Gascón es el escándalo de las suposiciones. Si tú eres de los nuestros, si tú eres una actriz y revindicas las transexualidad se supone que eres de izquierdas y tienes ideas inclusivas y prefieres criticar al cristianismo que al islam. Si tú eres uno de los nuestros tienes que entrar dentro de un cliché. Si eres uno de los nuestros no puedes tener nada de los otros.
Es el lenguaje de la tribu. La gente que es religiosa tiene que ser de derechas y de un determinado partido, los agnósticos tienen que ser de izquierdas, los ateos de extrema izquierda, a los de izquierda no le pueden gustar los toros, a los derechas les tiene que gustar Julio Iglesias… Karla Sofía Gascón ha dejado descolocados a muchos porque vivimos en bandos llenos de suposiciones. Dicho esto: es falso que el islam, todo el islam, sin matices, sea un foco de infección -como dice Gascón-. Para muchos, para millones de personas en el mundo es la expresión de una sincera experiencia religiosa no necesariamente violenta. Hay violentos que utilizan el islam, eso es verdad, pero no son todos. Hay muchos que viven el islam como una experiencia sinceramente religiosa.
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