Justicia histórica en las espaldas de los españoles

Hasta el martes por la tarde todos los expertos pronosticaban que el recorte iba a salir de las transferencias a las Comunidades Autónomas. Sólo algún asesor de Rajoy sospechaba que Francia y Alemania exigían algo más contundente, una corrección en toda regla. Y andaba inquieto dudando si el líder del PP debía dar su apoyo o pedir elecciones anticipadas. Salgado era consciente de que el subidón de la bolsa el lunes era sólo una tregua. Movimientos de compra a corto plazo que podían rápidamente volver a ser ventas.
El momento en el que se ha escuchado a Zapatero pronunciar las palabras "descenso del sueldo de los funcionarios y congelación de las pensiones" ha sido una de esas ocasiones en las que la historia, de un modo irónico, hace justicia, pone a cada uno en su sitio. Produciría satisfacción si no fuera porque la historia es irónica cuando ha faltado la más mínima prudencia. Con acierto, Rajoy le ha recordado al presidente que una semana después de oponerse a reducir el déficit de forma drástica, se ha visto obligado a recortar derechos sociales de una forma drástica por su nefasta política. Merkel, Sarkozy, y también Obama, han obligado a Zapatero a tomar unas medidas que en cualquier país normal serían un suicidio político.