Jornada muy tradicional

Emoción, intensidad e imprevistos marcaron la jornada de los estratosféricos Madrid y Barcelona. Invitado (o no), el Atlético aguanta el tirón de ganar todo lo que venga. Con el Atlético uno siempre tiene la duda de si es real su clasificación o habrá que esperar a que pasen las semanas para ver si verdaderamente mantiene el tirón en liga y la Champions. Diego López y los arbitros fueron protagonistas en medio del debut de Bale. Que ayer la portada no fuera el guardameta del Madrid significa que algo herido si que está el periodismo nacional.
Vivimos el sábado una tarde/noche de esas de las que un futbolero no se cansaría nunca. Todos teníamos el plan hecho: el Sevilla le iba a durar al Barça lo que una tarta en una fiesta infantil. Y el Madrid sufriría pero acabaría practicando su gesta habitual.
Pues no. Los del Tata se acabaron enfundando el traje blanco para ganar a los andaluces en el descuento. Alexis, cuya situación ha dado un enorme giro desde la llegada de Martino, le dio en forma de gol y tres puntos el agradecimiento por la confianza. El Sevilla que logró empatar un partido que se situó donde los azulgranas querían, se quedaron a tres minutos de sumar en el Camp Nou, eso sin contar un gol legal convertido en ilegal por arte de pito.
En el Villarreal-Madrid Cristiano se aportó dejando a Bale la dosis de protagonismo que Ancelotti le dio haciéndole entrar como titular. Ni su gol fue suficiente aunque algunos se empeñen. Diego López volvía a casa cargado de regalos en forma de paradas. Él fue héroe y protagonista principal en una película hecha a base de grandes nombres. El Madrid, hoy por hoy, no funciona. Vemos minutos en el Bernabeu que nos hacen imaginar en lo que puede llegar a convertirse. Pero a la banda le falta unidad y cercanía entre una línea y otra. En el momento en que el rival, en este caso el Villarreal, comienza a dominar, el conjunto blanco se rompe, necesita un tiempo muerto para volver a reubicarse.
El Atlético ha tenido cuatro jornadas para mirar solo a la liga y, por si acaso, hacer un pleno. El método Simeone no para de ganar adeptos. A este Atlético se le fue Falcao pero vino un Villa, al que algunos daban por desaparecido hace unos meses, para volver a vivir en el Manzanares su segunda juventud. Aun así, con los rojiblancos uno sospecha por naturaleza. Yo tengo que verlos jugando miércoles y domingo para juzgarles. De momento, a mí me han convencido.
Pues sí, una jornada de esas de comienzo de siglo, nada estaba dicho antes de empezar. Hoy, aunque se empeñen a base de engrandecer los bolsillos de algunos, el fútbol sigue siendo fútbol y en él siempre hay sitio para sorpresas, esas por las que el espectador ama más su deporte favorito.