Joanne Shaw Taylor, la Walkiria del blues
Todo partió en la mañana tras preguntar a un compañero qué le había enganchado musicalmente en los últimos tiempos: "Una piba inglesa que toca rock y blues, Joanne Shaw Taylor". Al mediodía, descubrí su último trabajo, Diamonds in the dirt, aparecido tras algo más de año y medio del primero, White sugar, que estuvo nominado para los Blues Music Awards. Pero sería por la noche cuando me atraparon su señorío con la guitarra y su planta de dadivosa reina repartiendo metal en todas las direcciones, acompañada de su rasposa voz.
Como centauro del siglo XXI, en el que su instrumento es un continuo de su cuerpo, parece que hubiera tocado la guitarra al tiempo que absorbía el biberón hace 25 años en su Inglaterra natal y gateara al compás de los temas de Jimmy Hendrix o de Stevie Ray Vaughan. Pudo ser o no así, pero el resultado es que sus curvas se enseñorean por el escenario para descargar a diestro y siniestro un descomunal repertorio de sonidos congruentes que revitalizan cuerpos y espíritus taciturnos mientras dura la sesión.
Aúna estilos beligerantes de un Peter Twonshend, de los Who, en su descarga de guadaña desde la vertical, el paroxismo del Zeppelin Jimmy Page y el virtuosismo del líder de Dire Straits, Mark Knopfler. Ella, sin estar consagrada como los anteriores, forma parte de los habitantes de una isla que exporta a todo el mundo buena parte de la música popular de los dos últimos siglos.
Fue descubierta hace nueve años por Dave Stewart, uno de los promotores de Eurythmics, y la embarcó en su proyecto D.U.P. Ahora saca su segundo disco y ha sido elegida mejor cantante femenina en los British Blues Awards.
Hay que estar muy pendiente de este ciclón porque sus directos son fascinantes, como vemos en sus grabaciones en internet. Aquí va un enlace: suelten amarras y ¡a disfrutar!