Japón: de lo que nadie quiere hablar

Mundo · P.D.
Me gusta 0
14 marzo 2011
Las explosiones en la central nuclear de Fukhusima y el posible proceso de fusión han acaparado casi toda la atención tras el terremoto y el posterior tsunami que destruyó el noroeste de Japón el pasado viernes. Aunque la información es imprecisa, hay cierto acuerdo tanto entre los menos partidarios de la energía nuclear como entre los detractores. Se ha producido una expulsión de los gases que se utilizan en lo que los expertos denominan "el venteo". No son gases que estén dentro de la vasija de los reactores. Esa vasija está intacta. No estamos ante un accidente como el de Chernobil, el de Japón se parece más al de Pensilvania de 1979.

Hay que saber qué contaminación radiactiva contienen los gases de venteo. En esta cuestión se disparan las hipótesis. Se ha reavivado la polémica sobre la seguridad de las centrales nucleares. No es una cuestión secundaria, más en un país como España en el que se estaban superando viejas reticencias. Pero en la fruición con la que ahora nos aplicamos al debate sobre la energía nuclear hay, aunque sea inconscientemente, el deseo de huir de la gran pregunta que el tsunami reabre. El número de muertos provocado por la gran ola de diez metros que avanzó a 500 kilómetros por hora, sembrando la destrucción, todavía no ha sido fijado. Da la sensación de que el Gobierno japonés está siendo muy cauto. Pero la gran cantidad de desaparecidos hace suponer que la cifra tendrá cuatro ceros.

Preferimos discutir sobre la energía nuclear porque en este caso no hay un culpable: ni el machismo, ni el calentamiento global, ni los terroristas. Salvo que se la echemos, como hizo Voltaire tras el terremoto de Lisboa en 1755, a Dios. A esa imagen de Dios tan moderna y tan infantil que lo convierte en una especie de supervisor de la creación, responsable de todas aquellas calamidades que provocan un sufrimiento misterioso. Una catástrofe como ésta permite reconocer, a los más atentos, que lo de estar vivo no es un derecho que hayamos adquirido de forma irrevocable. Tenemos derecho a que el Estado o que cualquier desalmado no nos quite la vida. Pero la fuente de la que surge esa vida permanece misteriosa, inaccesible e inconquistable. Hoy estamos y mañana no. ¿Evidente? No tanto. ¿Y esta vida, así de dependiente, así de frágil es justa? Ésta es la cuestión de la que nadie parece querer hablar.

El dilema es claro: o el absurdo o una Justicia Infinita que se haya sabido compadecer de los hombres. Benedicto XVI lo explica con una belleza difícil de superar en su último libro sobre Jesús de Nazaret. Fue Pilato el que lo señaló: Ecce Homo. En Él está abrazaba toda la humanidad sufriente y humillada.

Noticias relacionadas

En tierras mexicanas
Mundo · Fernando de Haro | 0
Oponerse a los carteles, al crimen organizado requiere de un heroísmo que en algunos casos provoca el martirio. En México hace falta justicia y un Estado de Derecho como Dios manda. ...
8 julio 2025 | Me gusta 3
Irán: una guerra difícil de ganar
Mundo · Claudio Fontana | 0
Los iraníes son conscientes de los riesgos que conlleva una respuesta masiva contra Israel y sus aliados pero estos días se ha golpeado el corazón estratégico de Irán por lo que los cálculos de la República Islámica podrían ser muy diferentes....
17 junio 2025 | Me gusta 1
Ucrania: “Además de territorios, debemos hablar de derechos humanos”
Mundo · La Nuova Europa | 0
El 12 de mayo se celebró el webinar Ucrania, el martirio de un pueblo, organizado por Alleanza Cattolica, en el que participaron Svjatoslav Ševčuk (arzobispo mayor de Kiev-Halyč), Matteo Matzuzzi (Il Foglio), Adriano Dell’Asta (Russia Cristiana), Laura Boccenti (Alleanza Cattolica) y Marco...
16 junio 2025 | Me gusta 1
A 80 años de la victoria, ¿qué se celebra?
Mundo · Adriano dell'Asta | 0
Hace ochenta años terminaba la Segunda Guerra Mundial en Europa. Seis terribles años de horror: 60 millones de muertos, 156 millones de mutilados. Y al final, la victoria sobre el nazifascismo. Pero en la Rusia actual se celebra un mito sin connotaciones históricas ni memoria auténtica, donde...
12 junio 2025 | Me gusta 2