Italia sigue por la senda del crecimiento económico
No hay que olvidar que hace unos meses que el conjunto de la Unión Europea ha entrado en una fase de estancamiento económico, sobre todo debido al desplome de las importaciones chinas desde octubre pasado. En ese sentido, el crecimiento económico europeo estaba viviendo en los últimos tiempos del gasto del resto del mundo (fundamentalmente de las economías correspondientes a los países emergentes), y ahora ese crecimiento se está viniendo abajo. De tal manera que es un mal momento para concurrir a las elecciones con éxito si se trata del partido en el gobierno: en enero cayó el Gobierno de Andonis Samaras en Grecia, ahora ha caído el de Pasos Coelho en Portugal y puede que el tercero en caer sea el de Rajoy en España.
Pero a Matteo Renzi, Primer Ministro, le queda tiempo todavía para tener que pasar por las urnas: como mínimo, lo hará en el segundo semestre del año que viene, y puede que para ese momento el llamado ´Plan Juncker´, basado en la inversión y en la innovación, haya comenzado a tener efectos positivos. Y es que en este momento muy pocos países dentro de la Unión Europea van mejor que Italia.
Entre las principales economías europeas, la que más crece es la española (que ha aumentado en un 0.8% su PIB en este tercer trimestre), pero sufre el enorme lastre de los cuatro millones de parados y por ello las encuestas indican que se encuentra lejos de revalidar la mayoría absoluta de 2011 y que muy seguramente, o acabe en la oposición, o tenga que aceptar un pacto con el emergente partido Ciudadanos para poder seguir en el gobierno. Alemania y Francia, por su parte, suben sólo una décima más que Italia (0.3%), pero en la primera Merkel ganó las elecciones a finales de 2013 y en el segundo no habrá elecciones presidenciales hasta la primavera de 2017. Y qué decir del Reino Unido, que además de ser el que más crece después de España con un 0.5%, tiene una bajísima tasa de paro (en torno al 5%) y, además, los conservadores de Cameron acaban de barrer a los laboristas del ya dimitido Ed Miliband.
En ese sentido, lo más importante para los italianos no es hacia dónde está yendo su economía, sino de qué parten. Y ese punto es la dimisión forzada de Berlusconi en noviembre de 2011 y la recesión de los años 2012 (con Monti como Primer Ministro), 2013 (Letta) y 2014 (Renzi). Matteo Renzi tiene en su haber el lograr dar la vuelta a la situación y volver a un crecimiento que en Italia tardará tiempo en sobrepasar los 2 ó 3 puntos anuales del PIB después de tantos años perdidos con un gobernante tan nefasto como Berlusconi, y con una izquierda tan incapaz de ofrecer una alternativa seria. Aunque Italia haya crecido sólo un 0.2%, tiene la tasa de paro controlada (en torno al 12%) y la estabilidad política ha vuelto al país cuando más díficil parecía. Eso sí, Renzi corre el mismo riesgo que ya ha corrido España, y es crecer a base de crear empleo malo y precario. Y eso, en una formación de izquierdas como es es el Partido Democrático, es algo que sus votantes no perdonan. De momento, el crecimiento ha vuelto, pero hay que afianzar la situación y, sobre todo, volver a tasas que permitan a Italia volver a ser la potencia industrial que hasta hace no mucho fue.