Inquietud social del centro-derecha

Es un viejo prejuicio ideológico suponer que el centro-derecha no puede tener la misma inquietud social que el centro izquierda. Ahí, por su parte, Pérez Rubalcaba no estuvo en uno de sus mejores días seguramente porque eligió un caudal retórico más de izquierdas que de centro izquierda, más de socialismo arcaico que de post-socialdemocracia. Su objetivo fue, de modo algo tan confuso como efectista, un desgaste del Gobierno a los catorce meses de la victoria electoral del PP, con lo que a veces los cartuchos se acaban.
Si es que sigue los debates parlamentarios, la ciudadanía tuvo dónde escoger aunque por lo general parecen aumentar los reparos ante una vida política que a veces huele tan mal y que, a veces desproporcionadamente, se diría ajena a la penuria cotidiana de miles de personas que no logran ver un punto de luz al final del túnel fatalista.