¿Inmortalidad o eternidad?

Putin terminó la semana con una amenaza. Una nueva amenaza. Putin es el señor de las amenazas. El presidente ruso ha asegurado que si tras un eventual acuerdo de paz se despliegan tropas occidentales en Ucrania, las considerará posibles objetivo de sus ataques.
La semana pasada supimos que Putin además de ejercer el poder de forma dictatorial y de invadir países soberanos, además de asesinar a disidentes y llevar a la muerte a decenas de miles de soldados, además de todo eso es un hombre que desea la inmortalidad. Hasta los villanos más villanos son como el resto de los mortales, quieren más vida.
La semana pasada se celebró un desfile en Pekín en el que el presidente chino, Xi Jinping, le enseñó al mundo todo su potencial de combate. Un micrófono indiscreto nos ha permitido saber que el líder chino Xi Jinping fue captado hablando sobre la posibilidad de vivir hasta los 150 años con Vladimir Putin, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un. Xi aseguró que ahora a los 70 años somos como niños y con los trasplantes de órganos y la biotecnología quizás las personas sean inmortales. Xi Jinping y Putin son emperadores y acumulan un poder inmenso. Pero son como los emperadores romanos, como Calígula, quieren la luna, quieren lo imposible, quieren ser inmortales, convertirse en dioses a los que hay que sacrificar incienso. La diferencia es que Xi Jinpingy Putin no se conforman con estatuas, ya tienen muchas. El poder, toneladas de poder no son suficientes. Es un alivio constatarlo, los ricos, los poderosos también lloran.
Los hombres sean emperadores o parias no aceptan que lo que ha empezado, que lo que ha nacido, tenga fin. Pero la inmortalidad es una mala solución. Llegaría a ser aburrida. Imagínate vivir una vida como esta un siglo, dos siglos, un milenio, diez milenios. Si se pudieran prolongar indefinidamente la vida tampoco estaríamos contentos. Lo que queremos es otra cosa, otra vida.
Lee también: El final de un tiempo: de la diplomacia del aplauso a la del miedo