Hoy conocemos mejor a quienes duermen en la calle
Muy significativo resultó este jueves la presentación del estudio ¿Quién duerme en la calle? que realizó el profesor de la Universidad Pontificia de Comillas Pedro José Cabrera, uno de los coordinadores. "De nada serviría todo el esfuerzo, todos los datos acumulados y los detalles del informe si no fuera para mejorar la situación de estas personas", apuntó al principio de su intervención. "Contar personas sin techo no tiene mayor dificultad, lo interesante es ver que cuando te acercas a ellos quieren hablar y dar a conocer su situación".
La falta de trabajo es la principal causa que les ha llevado a dormir en la calle. Casi el 20 por ciento trabajaba en una profesión relacionada con la construcción. La mayoría son hombres mayoritariamente extranjeros que llevan más de un año pernoctando de esa forma. La venta de chatarra y la limosna son sus principales fuentes de ingreso. Aun así, el 21,6 por ciento de las personas en el caso de Madrid declaró que sus ganancias provenían del trabajo. En cuanto al nivel de estudios, más de la mitad dispone como máximo de estudios primarios, aunque en torno a un diez por ciento posee estudios universitarios. La mayoría anhelaría disponer de una vivienda propia, compartida con otras personas o para ellos solos. Más de la mitad de los sin techo declaran haber sido víctima de delitos durante el tiempo que llevan viviendo desguarnecidos.
Si la crisis económica se alarga, puede incrementarse el número de personas que viven en la calle. La respuesta en las tres ciudades analizadas sería limitada, según el profesor Cabrera. Afirma que ninguno de estos gobiernos municipales aporta recursos suficientes ante esa amenaza.
Hay esperanza
Al mismo tiempo que se presentaba el estudio en la sede de Caixa Catalunya en Madrid, en el número 18 de la calle Rosario Pino, también en Madrid, diez personas en situación de exclusión (en la que se incluye a los sin techo) recibían un curso para ayudarles a afrontar una entrevista de trabajo. Es la labor que realiza la Fundación Integra, que en sus nueve años de vida ha conseguido insertar laboralmente a más de mil personas. Las ONG que trabajan con sujetos en exclusión derivan hacia la fundación a quienes consideran que están preparados psicológicamente para trabajar. Empresas socialmente responsables entrevistan a los candidatos que ha seleccionado Integra y en su caso los contrata. Drogas, cárcel, prostitución, sin techo… condiciones que no son una limitación para un nuevo inicio laboral y personal.