Homosexuales contra el matrimonio homosexual

Entre los quehabían salido a la calle había católicos, judíos, líderes de la izquierda yhomosexuales. Uno de ellos fue Philippe Ariño.Intelectual y autor de Diccionario de códigos homosexuales.Ariño sostiene que la única división fundadora entre los seres humanos es la diferenciade sexos. Considera una invención los términos homosexualidad y heterosexualidad. Otrode los homosexuales presente en esa manifestación era Xabier Bongibault,fundador y presidente de la asociación francesa Plus gay sans mariage.
Tras laconsigna "todos nacidos de un hombre y una mujer", los manifestantes,que tenían el apoyo del principal partido de la oposición de derecha, la Uniónpor un Movimiento Popular (UMP) y de la iglesia católica, marcharon desde trespuntos distintos de París para converger en la gran explanada de Champ-de-Mars.
Losmanifestantes, entre ellos muchas familias con sus hijos, enarbolaban banderasrosas, color elegido por los organizadores, y pancartas en las que podíaleerse, entre otras frases: "Todos guardianes del código civil","No hay óvulos en los testículos" o "dos vacas no hacen unternero".
El dirigente dela UMP, Jean-François Copé, que participó en la manifestación, afirmó que ésta"tiene un valor de test para François Hollande".
El arzobispo deParís, monseñor André Vingt-Trois, no participó en la marcha pero estuvopresente en uno de los puntos de partida de la misma para manifestar su"apoyo" y su "aliento" a los manifestantes.
"Quieromanifestar mi apoyo y mi aliento a los organizadores y a que los francesespuedan decir lo que piensan verdaderamente" sobre el matrimoniohomosexual, dijo el obispo. Por su parte, el arzobispo de Lyon (este), cardenalPhilippe Barbarin, participó en la manifestación y afirmó que "cambiar elsentido de la palabra matrimonio es una gran violencia para el pueblo". Elportavoz de laConferencia Episcopal Francesa, monseñor Bernard Podvin, señaló: "No estoypreocupado, porque confío en el sentido común de la opinión pública. Lacuestión tiene un fuerte impacto sobre los valores de la sociedad y laspersonas de sentido común saben que la familia es una cosa que tiene que vercon todos, más allá de la pertenencia o de las diferentes orientacionespolíticas o religiosas; es evidente que la Iglesia haya tomado una postura explícita:¿cómo podría permanecer indiferente ante este movimiento popular?".
"La manifestación será un éxitocuando el presidente nos reciba. Es necesario que él nos escuche, que suspendael proyecto de ley y abra unos estados generales para informar a los francesesdel cambio histórico sobre la filiación", aseguró una de lasrepresentantes de los organizadores, la humorista Frigide Barjot.