It follows

¿Hacia dónde va el cine de terror?

Cultura · Juan Orellana
COMPARTIR ARTÍCULO Compartir artículo
| Me gusta 587
27 mayo 2015
El director de El mito de la adolescencia dirige a una excelente Maika Monroe en una historia desasosegadora. Una chica sale corriendo de su chalet como loca, yendo de un lado para otro sin aparente criterio. Mira para atrás como si alguien la siguiera. Pero no vemos a nadie. Es el comienzo de una historia incomprensible en la que el sexo no sólo puede transmitir la vida, sino también la muerte.

El director de El mito de la adolescencia dirige a una excelente Maika Monroe en una historia desasosegadora. Una chica sale corriendo de su chalet como loca, yendo de un lado para otro sin aparente criterio. Mira para atrás como si alguien la siguiera. Pero no vemos a nadie. Es el comienzo de una historia incomprensible en la que el sexo no sólo puede transmitir la vida, sino también la muerte.

Esta película de David Robert Mitchell viene precedida por un entusiasmo seguramente excesivo de cierta crítica especializada. Mariló García, de la revista Cinemanía, la califica de “obra maestra” y le concede cinco puntos sobre cinco. Sergi Sánchez, de Fotogramas, le concede cuatro y se pregunta si habrá nacido un nuevo John Carpenter o si Jacques Tourneur habrá vuelto de la tumba. Por su parte Noel Ceballos la tilda de “clásico instantáneo”. ¿Qué tiene esta película que despierta tanta adhesión? Sólo una cosa: su puesta en escena, alejada de los cánones típicos del género. En realidad, el director opta por narrar la historia con el tempo y la estética propios del drama indie americano, y la ubica más cerca del lirismo melancólico que del efectismo gore del terror posmoderno.

En It follows no hay sustos, no hay efectos musicales con el clásico sting chord aterrador, no hay demonios de aspecto abominable. Tampoco existe una lógica previsible que nos adelanta cansinamente lo que va a suceder. Lo que consigue el director es una película inquietante, muy inquietante y cargada de un fuerte magnetismo. No interesa el desenlace –bastante anodino– sino el instante con todo su misterio turbador. Incluso el sexo, ingrediente fundamental de la trama, no juega con la seducción del eros, sino con la angustia del thanatos.

Llama la atención la absoluta ausencia de referentes adultos para nuestros jóvenes protagonistas. Ello contribuye a sumirles en una soledad e inseguridad que acrecientan su vulnerabilidad ante el mal sin rostro.

Noticias relacionadas

Tomarse a Dios en serio
Cultura · Antonio R. Rubio Plo
Ha llegado a mis manos un interesante libro "Tomarse a Dios en serio", escrito por Joan Mesquida Sampol, un funcionario de la Administración balear, con formación jurídica y en ciencias religiosas. El título va acompañado de este esclarecedor subtítulo "La dificultad de creer en un Dios que no...
19 marzo 2024 | Me gusta 4
Chesterton, un hombre del pueblo
Cultura · Antonio R. Rubio Plo
Este año se cumple el 150 aniversario del nacimiento de Gilbert Keith Chesterton y el paso del tiempo solo sirve para subrayar la genialidad y la capacidad de intuición de un escritor que no puede ser reducido a la caricatura de un catolicismo militante....
21 febrero 2024 | Me gusta 1
La sociedad de la nieve: ¿Quiénes fuimos en la montaña?
Cultura · Isabella García-Ramos Herrera
Con esta pregunta, cierra la película que ha ganado 12 premios Goya, incluyendo Mejor Dirección a cargo del español J.A. Bayona y Mejor Película. La cinta, producida por Netflix, trata sobre el caso del avión que se estrelló en Los Andes en los años 70, y que de los 40 pasajeros y 5...
13 febrero 2024 | Me gusta 24
Gilda y Barioná
Cultura · Lucas de Haro
La oferta cultural de Madrid es habitualmente generosa, convirtiéndose en inabarcable en Navidades. Durante los últimos días de diciembre del acabado 2023 se simultanearon dos obras excepcionales: Barioná, El Hijo del Trueno de Sartre y la archi-tatareada Rigoletto de Verdi; la primera...
15 enero 2024 | Me gusta 5