Gracias Albert
La Física nos explica que el equilibrio se consigue cuando el sumatorio de todas las fuerzas resulta ser nula. Por tanto, no es una situación estática sino dinámica. Es muy fácil perder el equilibrio, no es difícil perder el centro. Algo parecido le ha podido pasar a Albert Rivera. Es muy complejo llegar a las cotas que alcanzó Ciudadanos en abril en número de votos traducidos en escaños cuando hace años empezaba un partido desde la nada en Cataluña casi literalmente en “pelotas”.
Una vez en las alturas cualquier error puede romper la situación de equilibrio y cualquier caída puede resultar muy dolorosa. Muchos cuando fuimos a votar en abril no quisimos creer que fuera verdad el veto al PSOE o no lo quisimos ver. Nunca se puede contentar a todo el mundo pero fue un error mayúsculo renunciar a su vocación de partida bisagra y querer tomar la derecha “por asalto”. Ahora Rivera dimite, lo cual le honra, y muchos afiliados nos preguntamos si no deberían hacer lo mismo todos los asesores “iluminados” que hace algún tiempo recomendaban dar un giro a la derecha al partido.
Mi madre que no ha estudiado Ciencias Políticas, ni Sociología… pero que tiene la sabiduría que da la experiencia de la vida me decía hace tiempo: me gusta Albert pero le falta experiencia para llegar a ser presidente del gobierno. Como a muchas mujeres de su época, le gusta votar al centro desde aquella mítica UCD o la CDS, y más si el candidato es un buen mozo como Adolfo Suárez o Albert Rivera… porque además no me gustan los extremos, diría mi madre. Al ex líder de Ciudadanos le ha faltado templanza. Hay que saber cuándo merece la pena ser arriesgado y cuando hay que ser prudente.
El problema no es la irrisoria cifra de diez escaños de Ciudadanos, el problema es que la política española se rige por el sentimiento, la confrontación y las políticas “identitarias”… falta una idea de bien común.
Gracias Albert. Con tus aciertos y errores justo es reconocerte una pasión por la política y espero que tus días sean felices porque, es verdad, también hay vida fuera de la política.