Goleada del matrimonio homosexual, tiempo para la diferencia
La inconstitucionalidad del cambio esclara. La Constitución dice de forma meridiana en su artículo 32 que el derechoal matrimonio es del hombre y de la mujer. Es evidente que los constituyentescuando lo redactaron pensaban una institución que tenía como protagonistas ados personas de sexo diferente. Pero puestos a hacer interpretaciones todocabe. Y ha quedado claro que el que un magistrado sea de "derechas" nosignifica que defienda la diferencia dentro del matrimonio.
¿De qué es esto prueba? De que hayevidencias, sobre todo en un terreno tan esencial como es la complementariedadsexual, que han desaparecido. Es lógico que en este momento se recuerde que nien los momentos en los que la homosexualidad era culturalmente más admitida, enla antigüedad clásica, se pensó en el matrimonio gay. Que se insista también enque se pierde uno de los fundamentos de la cultura occidental. Todo eso escierto. Pero lo más decisivo es que ya ni derecha ni izquierda entienden elvalor cultural de la diferencia y la complementariedad sexual que sustenta elmatrimonio. Y no será repitiendo principios como se recupere esa evidencia. Laprincipal respuesta a nuestra cultura que se hace toda andrógina y por lo tantoincapaz de una verdadera paternidad es el testimonio. Sólo una experienciapositiva de la capacidad de engendrar (tanto satisfacción como hijos ypersonalidades bien estructuradas) que tiene la diferencia permitirá colocar denuevo al matrimonio en su sitio. Y pueden hacer falta siglos.