Francesc Torralba: `Es el trasfondo prepolítico para una sociedad abierta y democrática`
¿Cómo valora el contenido del manifiesto de la Compañía de las Obras?
El contenido del Manifiesto parece estar en íntima sintonía con el espíritu y la letra de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (1948) y con el trasfondo prepolítico necesario para garantizar la convivencia social y la armonía en sociedades abiertas y democráticas. Constata la necesidad de defender las libertades civiles de los ciudadanos y de proteger a éstos de políticas invasivas que pudieran limitar tales derechos.
¿Qué importancia tiene el principio de subsidiariedad y la libertad religiosa en la construcción de Europa?
El principio de subsidiariedad, básico en la Doctrina Social de la Iglesia, resulta esencial en la construcción de la Comunidad Europea. El respeto a la entidad más frágil y a su campo competencial es necesario para evitar suspicacias y sobre todo para que sean respetadas en todo momento las singularidades nacionales y políticas que componen el gran universo europeo. Si se vulnera tal campo competencial, las entidades más frágiles sentirán desdén por la Comunidad Europea y esto todavía va a dañar más su frágil consistencia política y social. Se deben respetar las creencias y los cultos religiosos en el marco de Europa. Sólo cuando existan razones de peso para sospechar que a través de ellos se vulneran los derechos fundamentales de las personas, se deberá intervenir. La pluralidad religiosa es un bien para Europa, si tenemos capacidad para captar lo valioso y genuino de cada tradición, y se superan viejas y rancias actitudes laicistas que tienen como finalidad la extinción de cualquier manifestación religiosa proceda de donde proceda.
¿Qué le parece la valoración que se hace en el texto de la misión de la política y la economía?
Entre la tesis de un Estado mínimo que sacraliza la libertad individual y la idea de un Estado intervencionista que limita las libertades civiles, es esencial hallar el punto equidistante entre la libertad, la igualdad y la fraternidad. La responsabilidad social no puede ser una excusa para minar la libertad individual, pero la libertad individual tampoco puede ser un pretexto para generar discriminaciones y desatender a los grupos vulnerables. Europa es, en este sentido, uno de los únicos lugares del mundo donde se vela por el equilibrio entre libertad y responsabilidad. La política económica tiene que garantizar la equidad y la igualdad de oportunidades, pero nunca jamás debe ahogar el talento creativo y emprendedor, verdadera fuerza de renovación en una sociedad.