Flor del desierto
La actriz y modelo etíope Liya Kebede da vida en el film a la Waris adulta, mientras que otras niñas la representan en las distintas fases de su infancia y adolescencia. Timothy Spall encarna al famoso fotógrafo de modelos Terence Donovan, que en el film aparece con un nombre ligeramente distinto. Y la actriz Sally Hawkins, conocida por su película Happy, interpreta a la primera amiga occidental de Waris, quien la acoge en su casa y la busca un trabajo por pura gratuidad. Es un personaje precioso, pues sin ganar nada ni salir de la mediocridad en la que vive es la que posibilita el progreso humano y profesional de Waris.
Aunque el tema de la ablación es muy importante en el film y protagoniza la parte final en tono de denuncia, la película es en realidad la historia clásica de una cenicienta que de la nada llega a lo más alto. En ese sentido, la cinta es también un canto a la amistad, a la solidaridad, al romanticismo y a los vínculos familiares. Este último aspecto es muy interesante, ya que aunque Waris reprocha a su madre esa ablación que ha condicionado su vida desde el punto de vista sanitario, psicológico, afectivo y sexual, también la quiere, la necesita y la echa de menos. Por otra parte, en los momentos más delicados y que podrían prestarse al morbo fácil, la película trata de ser púdica y no demasiado complaciente. Aun así, el flashback que recrea su ablación, aunque lo presenta en un elegante fuera de campo, es una escena absolutamente sobrecogedora. Una interesante película.