Entrevista a Álvaro Delgado Gal, director de la revista De Libros

´Felipe VI tiene la tarea de generar un consenso que incluya a la izquierda´

España · José María Gutiérrez Montero
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11 junio 2014
¿Qué balance hace del reinado de Juan Carlos I?Muy positivo. Es impensable la Transición y la consolidación de la democracia sin el papel que jugó el rey. Esto me parece incontestable.

¿Qué balance hace del reinado de Juan Carlos I?

Muy positivo. Es impensable la Transición y la consolidación de la democracia sin el papel que jugó el rey. Esto me parece incontestable.

¿Ha sido un buen momento para abdicar?

Ha sido un momento extraño. Aunque el rey tuviera previsto abdicar en un plazo breve, tengo la sensación de que la abdicación se ha producido en relación con el resultado de las elecciones europeas, que han desestabilizado a la izquierda. Imagino, pero es una pura conjetura, que ha sido decisivo en la decisión del rey el consejo de Rajoy y Rubalcaba, el cual no podía estar muy seguro de seguir controlando el partido en un futuro.

Con este resultado de las elecciones, ¿se puede interpretar que la monarquía ha intuido un deseo de cambio en los españoles?

Esa es la interpretación oficial, que no es necesariamente errónea, pero no es mi favorita. Existe una urgencia clara, que era la aprobación de la abdicación del rey en el parlamento, y la seguridad de que iba a contar con un apoyo suficiente. El desmarque de varias fuerzas y las protestas aisladas de algunos socialistas dejan en evidencia que ese proceso, que exige un porcentaje importante de votos parlamentarios, podía correr peligro. Creo que esa ha sido la razón principal por la que se ha acelerado la sucesión.

¿Cómo valora la reacción de las distintas fuerzas políticas?

El PP y el PSOE comandado por Rubalcaba han dado pruebas de responsabilidad institucional. Después ha habido una serie de fuerzas, desde los nacionalistas hasta parte de la izquierda, que han arremetido contra la monarquía más por contigüidad que porque tengan una idea clara de las virtudes de la república. Entiendo que la mayor parte de los ataques a la monarquía, en el fondo, son ataques al sistema vigente.

¿La llegada al trono de Felipe VI es una buena ocasión de renovar el consenso que construyó nuestra democracia?

Es un momento necesario para renovar el consenso. El futuro rey es una persona joven, bien preparada, que imagino que asume sus obligaciones con energía y muchas ganas de cambiar las cosas, y el problema lo veo, más que por el lado del monarca, que por lo que conocemos ofrece todas las garantías, por el lado de una izquierda que está bastante desorientada y que se agarra a lemas un tanto superficiales para intentar dibujar un perfil.

¿Cuáles son los retos que tiene por delante Felipe VI y la nueva generación que le acompaña?

El reto fundamental es contribuir a que se produzca un consenso sólido, que incluye a una izquierda en un estado de fragilidad grande, y por lo tanto peligrosa, y un proceso de anarquía territorial que viene de lejos y que ha estallado. El rey deberá hacer lo que pueda, pero no sólo depende de él.

¿Existe en España respeto por la monarquía? ¿La república es una amenaza?

La gran mayoría del pueblo español, a pesar de que se ha permitido, de forma comprensible en buena medida, un gesto de protesta airada en unas elecciones que no sabía para qué servían, y que probablemente han arrojado una imagen muy distorsionada de lo que la gente quiere, la inmensa mayoría del pueblo español está identificada con lo que entendemos como monarquía, que no es lo que entienden los monárquicos en la acepción más ortodoxa de la palabra. El pueblo español identifica la monarquía con la democracia actual. Precisamente porque esta identificación es casi general, quienes son antisistema reaccionan contra la monarquía. En realidad, el estado con su democracia y la monarquía son en este momento instituciones inseparables.

¿Cómo interpretar el deseo de cambio de los españoles?

No hay que entender que la democracia es lo que no es. El voto no expresa una opinión terminada ni un razonamiento terminado. La crisis está siendo durísima. La clase política ha dado muy mal ejemplo, los casos de corrupción han ofendido a un pueblo español que está atravesando un mal momento, y lo que ha habido, esencialmente, es un gesto de protesta, no una propuesta concreta. Convertir una protesta en una propuesta concreta es labor de las élites políticas, que van a ser determinantes en la buena conducción de los asuntos.

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