Explicar y reformar
Habían cerrado aceleradamente el primer tijeretazo por miedo a que la publicación de los datos de déficit disparara el diferencial de la prima de riesgo. No querían que en el Ecofin de enero le tiraran de las orejas. Se daban por satisfechos con haber comparecido junto a Soraya en la rueda de prensa de Moncloa.
Quien tendría que haber comparecido es el propio Rajoy. Bien está que se reservara en la campaña y que se reservara antes de la toma de posesión. Pero ahora ya estamos hablando de otra cosa. En la primera semana se ha visto obligado a corregir su promesa de no subir los impuestos.
Está haciendo lo correcto pero los sacrificios que va a exigir al país hay que explicarlos y explicarlos. Dar las razones de por qué ahora hay que recortar y aumentar la presión fiscal y de por qué en un futuro cercano habrá que reducir los servicios públicos de las Comunidades Autónomas.
La política comunicativa del nuevo Ejecutivo no está siendo buena. A la falta de pedagogía hay que añadir mala coordinación. Este lunes el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha dicho que el déficit superará en 2011 el 8 por ciento; el de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha asegurado que se quedará en el 8 por ciento; y el de Interior, Jorge Férnandez, lo ha cifrado en el 8,2 por ciento.
Pero hay algo quizás más necesario que la comunicación y la coordinación. La presión de los mercados ha provocado que se apruebe con celeridad el ajuste pero es tan urgente o más que se saquen adelante las reformas que pueden crear empleo y solucionar los problemas del sistema financiero para que las PYMES tengan crédito.