Europa ¿suficientemente preocupada?
Europa está preocupada, pero debería estarlo mucho más. En España los estadistas se deberían denominar estadísticos, puesto que sólo hablan de números, crisis, impuestos, gráficos y estadísticas. Pero del resto del Estado se han olvidado (aborto, nacionalismos, apoyo a la iniciativa empresarial…). Y los números, entendámonos, al ciudadano de a pie le aburren y no le dicen nada. El partido del Gobierno nunca llegará al ciudadano con esa, llamémosla, estrategia de comunicación. Nunca nos llegará a nosotros, sus posibles votantes. El súbdito español tiene que hacer un esfuerzo considerable para entender a sus mandatarios. Y supongo que con el resto de nacionalidades europeas pasará lo mismo.
Sin embargo, en mayo de 2011, precediendo a las elecciones autonómicas en las que por fin Zapatero se dio el batacazo, la mala gestión del PSOE nos dejó la terrible herencia de los 15-M acampados en la Puerta del Sol; los que luego pasarían a llamarse ´indignados´. Aquel extraño fenómeno dio paso a grupos de barrio, cuando la autoridad pertinente consiguió desalojar el centro de Madrid, en los cuales se hacían unas asambleas en las que la gente aportaba ideas y se sentía escuchada… Ideas de claro tinte izquierdista radical: ideas que han sido escuchadas por alguien que ha tenido más iniciativa, ha dado un paso más allá y ha formado un nuevo partido –Podemos–: Pablo Iglesias.
Y sí. Resulta que Europa debería estar mucho más preocupada de lo que lo está, porque el programa que presenta su partido da miedo. Es una utopía absoluta: imposible de llevar a cabo, pero son ideas que han aportado unas personas que se han sentido escuchadas, y por eso le han votado. Porque ha sabido encontrar un cauce con el pueblo distinto al de las urnas, aunque luego lo ha llevado a las urnas. Y lo malo es que ese cauce podría tener mucho éxito en toda Europa. Un éxito chavista, o hitleriano.
Ahora toca mover ficha a los europeístas. Señores: el sentido de la Europa común está en juego.