Estado de Miedo

La amiga de una amiga de otra amiga, seguro que se imaginan cómo funciona esto, me contó que su novio policía estaba de los nervios. Quería dejar el cuerpo, tenía miedo. Y como yo también sé cómo funciona esto hablé con él directamente. Antes de que saliera la noticia muchos ya lo sabíamos, Daniel Rendón Herrera, alias "Don Mario", ofrece dos millones de pesos por cada policía asesinado (unos 700 euros). La zona del Cauca es la que está pasándolo peor, según me cuenta este policía. Ya han intentado matar a varios de sus compañeros. Aparecen "gamines", que es como se llama aquí a los jóvenes que nosotros llamaríamos "gamberros", montados en una moto y los acribillan a balazos con un revólver. Aunque ésos no son un problema, según me cuentan, lo peor son aquellos que sí saben asesinar. Prefieren asesinar a policías de bajo rango, porque hay más; aunque ya se ha extendido el rumor entre sicarios de que por los oficiales pagan un poco más, pero no es oficial. Las oficinas de la Policía Nacional están inundadas con peticiones de traslado para salir del Valle del Cauca y, aunque el director de la Policía Nacional le quite hierro al asunto, el miedo se extiende por el cuerpo policial.

"Don Mario" amenaza con traer lo peor de la guerra a las calles de las ciudades, inundándolas de policías muertos. En la memoria de muchos empieza a asomar el fantasma de Pablo Escobar, el mayor narcotraficante de la historia de Colombia y también el más violento. Aunque "Don Mario" no se queda atrás. Sus redes se extienden incluso al Ejército de Venezuela, a donde pertenecía el gigantesco arsenal hallado en mayo de 2008 en varios zulos. También se extienden sus conexiones a la Fiscalía General de la Nación, de donde se sabe que recibe ayuda de topos no localizados hasta hoy, pues siempre se anticipa a los movimientos de las fuerzas públicas. También es socio de los grandes cárteles de la cocaína en México. Las rutas de la cocaína ya no llegan a EE. UU. directamente desde Colombia, sino que se queda en México, desde donde es reenviada por estas organizaciones criminales, que tienen asolado el país. Y además mantiene una guerra rural y urbana en media Colombia por el control del mercado interno de la cocaína.

Están volviendo los malos tiempos en los que los carros bomba estallaban por doquier, en cualquier esquina asesinaban a alguien en una moto, se ofrecían recompensas por asesinar a la carta, etc. Es como viajar en el tiempo a la década de los noventa. Y es que realmente Colombia no avanza en la pacificación del país, más bien retrocede. La fuerza pública no da abasto, hay brotes de violencia por todo el país, y el apagón informativo es preocupante. Como preocupante es que Obama vaya a replantearse seguir enviando dinero por el Plan Colombia. Sin ese dinero el país está condenado a vivir un conflicto aún más sangriento y mucho más intenso. No se ve una luz al final del camino, aquí lo único que se ve últimamente es violencia y pobreza. Y lo que más se nota en las calles es miedo. Bogotá está blindada, pero ¿qué sucederá con Medellín y las ciudades menos importantes? Es sólo cuestión de tiempo que vivamos en ese Estado de Miedo.