Espíritu de abstracción
Una sociedad si quiere ser realmente libre debe aspirar a agotar la verdad interrogándose con profundidad sobre el bien y el mal, sobre lo justo y lo injusto, sobre lo verdadero y lo falso en relación a ciertos temas. La verdad nunca se opone al bienestar de los pueblos y de los individuos.
En cierta ocasión el escritor francés André Frossard, que entrevistaba a Juan Pablo II, le vino a preguntar: "Santidad, ¿qué frase destacaría del Evangelio de Jesucristo?". El Papa no titubeó: "La Verdad os hará libres".
Pienso, pues, que no se puede prescindir de la verdad porque renunciaríamos a la auténtica libertad.
Si se promulgan leyes injustas y se aceptan como buenas conductas erróneas, equivale a abstraerse, en el sentido que venimos diciendo, o a interrumpir el pensamiento deteniéndolo allí donde se prevé que ocasionará problemas. Se produce así una hipertrofia del pensamiento reduciéndolo a un sentido utilitarista de la persona.
El historiador Ernesto Galli della Logia, catedrático de la Universidad de Perugia y columnista habitual del diario Corriere della Sera, afirma que "si la libertad se basa sobre el derecho natural, se apoya sobre algo enormemente más sólido que la simple decisión de un parlamento, de un poder que lo mismo que hace una ley puede hacer otra".