España: una conversación necesaria, ¿posible?
El deseo de cambio de España ha sido el punto de partida de la segunda jornada del EncuentroMadrid 2015. Un deseo que sirve de chispa para construir un nuevo sistema, como las últimas encuestas electorales están poniendo de manifiesto, pero que requiere de una “dimensión realista” para poder construir.
“Se quiere otra vida”, ha afirmado en varias ocasiones durante su intervención el sociólogo Fernando Vidal. “Aparte de política económicas y de bienestar, hacen falta políticas de significado, el deseo de la gente es real, se ve en las redes sociales y en las movilizaciones políticas. Pero falta el cuerpo intermedio capaz de llevar todo ese deseo de la base hacia arriba”.
“La indignación de las generaciones actuales está bastante justificada”, ha afirmado Juan Antonio Ortega, que fue ministro de la UCD. “En cambio nuestra generación, la generación de la Transición, está en vías de extinción. Nosotros tuvimos una necesidad que nos hizo ponernos juntos frente al régimen. Ahora para ellos la Constitución es el régimen. España sigue siendo un país escindido”.
La perspectiva histórica de Juan Pablo Fusi ha introducido un punto de “escepticismo y perplejidad. Pues las democracias con muchos partidos históricamente han tenido consecuencias nefastas”. La clave, en opinión de los ponentes, pasa por la posibilidad de narrarse, de una conversación donde el punto de partida sea la apertura al otro. “Nuestro país ha hecho dejación de su libertad para conversar”, apunta Vidal.
“Pero para conversar hace falta un punto común”, tal como ha señalado el profesor Jon Juaristi, quien se lamenta de que “actualmente ni siquiera compartimos un código de lenguaje común. Las palabras significan para cada uno cosas distintas”. Además, los modelos de conversación actual en nuestro país no son “buenos modelos”, señala Ortega: “En el Parlamento el del otro bando nunca tiene razón por estar en el otro bando y el de mi bando tiene siempre razón por estar en mi bando. El otro modelo son las tertulias, donde cada uno sigue un guión perfectamente previsible”.
Hace falta una nueva forma de conversar y de pensar, señala Fusi, “pero el pensamiento requiere tiempo y ahora los creadores de opinión son los tertulianos”. La única posibilidad es una apertura que se capaz de reconocer al otro. “Porque el otro, cuando te adentras en quién es, suscita una curiosidad inagotable”.
“Y no solo el otro”, apunta Juaristi. “Hay que integrar al enemigo, que es nuestro bien político más preciado”. Ese deseo de reconocimiento del otro es el único código común posible, ha señalado en su conclusión el moderador de la mesa, el periodista Fernando de Haro: “El deseo, retomando el lema de este EncuentroMadrid, será el punto de partida que nos permita construir nuestro país”.