España: un proyecto común que languidece

España · José Luis Montero Casado de Amezúa
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6 noviembre 2012
Realizando un análisis delos acontecimientos en la vida política en España en los últimos 50 años no esdifícil advertir un divorcio entre pueblo y política. En los años del régimenautoritario de Franco la sociedad vivía sin apenas tener en cuenta la política.Se vivía trabajando y sólo algunas personas se ocupaban de esos asuntos.Gonzalo Fernández de la Mora distinguía entre la "política de las cosas",refiriéndose a las realizaciones, a las obras y otros logros, y "las cosas dela política", lo que ahora podríamos reconocer como intereses y rivalidades delos políticos.

Entonces la sociedadmayoritariamente y cada vez con mayor claridad, no estaba conforme con unrégimen que prohibía los partidos políticos, obligaba a la sindicación en unúnico sindicato vertical y  velaba poruna moral de corte católico, mucho más impuesta que propuesta.

Sin embargo la sociedadcon estas restricciones no estaba dividida, pues lo que entonces se llamó el"franquismo sociológico" reconociendo la imposibilidad de continuar con esalegislación política, apoyó con más de un 95% la reforma política. Ese apoyo diolugar de hecho a la existencia del centro político cuya corriente de votostodos querían aprovechar. Ese franquismo sociológico que entiendo como elcentro político de una sociedad que estaba estrechamente unida, rechazaba porigual el marxismo, aún antes de la caída del muro de Berlín en 1989, como elliberalismo que da total prioridad al individualismo que en gran medida sedesentiende de los menos aptos para sobrevivir económicamente. Realmente a lolargo de los 35 años del régimen de Franco se constituyó una clase media cadavez más ancha y mejor preparada para afrontar el futuro.

Con la reforma políticade 1976 y la Constitución de 1978 se pusieron las bases de la división de lasociedad. División entre dos posiciones que entonces no existían,sociológicamente hablando. Esta división vino potenciada por buscar un sistemaelectoral que "hicieran gobernable el país", como se afirmó. La pléyade departidos y partidillos de aquellos años iniciales no favorecía la división dela sociedad en dos, que era lo que se llevaba en las democracias anglosajonasen las que no existe el centro que aquí todos los partidos se disputan. Esteasunto provocó la famosa Ley D'hont que prima las mayorías, sin advertir quetambién prima las mayorías en circunscripciones pequeñas, dando así mayorrepresentación a los partidos nacionalistas vascos cuyos votos están confinadosen las tres provincias del País Vasco, que a Izquierda Unida o a Unión Progresoy Democracia que tienen más votos y distribuidos por toda la geografía nacionaly que por ello deberían resultar más representativos a nivel nacional, y sinembargo pierden representación.

La marcha de losacontecimientos en España nos presenta un espectáculo de división social,económica, territorial y política y ese enfrentamiento se refleja en muchasfamilias, ambientes laborales y relaciones de amistad. La más importante divisiónterritorial se produce en las regiones Vasca y Catalana, que teniendo unasrazones que les hacían -desde antes del régimen de Franco- plantear el tema desu mayor autogobierno autónomo, se implantó un sistema artificial deComunidades Autónomas, cuyo igualitarismo es exactamente lo que mantiene aCataluña constantemente reclamando el "hecho diferencial", pues no hay duda deque hay regiones que tienen un "por qué sí" a su autonomía y hemos inventadolas Comunidades que actúan tras un "¿por qué no?". Pero no queda ahí la divisiónintroducida en España. También afecta a la clase media, que en lugar de crecer,disminuye, provocando que menos población tenga muchos recursos, y una mayoríatenga poco trabajo y dinero, con lo que vamos camino de la estructura económicade los países tercermundistas o emergentes, en donde también tienen macrociudades que absorben un porcentaje enorme de población.

La división en España esevidente. El centro político ya no es referencia. La clase política está muydesprestigiada y, aunque sabemos que hay de todo, cada vez se oye en másocasiones "todos son iguales, me da igual unos que otros".

El sistema políticoanglosajón con su flema inglesa, es un sistema que les funciona bien a ellos.Por eso hay en España mucha gente que les quiere imitar, pero en el Reino Unidolos partidos se enfrentan en las instituciones con mucha más claridad que aquí;aquí es muy frecuente que se quiera quedar bien con todos, como se observa enlas matizaciones de las opiniones en mucha tertulias radiofónicas, en lugar de defendersólida y coherentemente la opinión propia, sin que por ello se creensituaciones violentas.

Se ha hablado de"españolizar Cataluña", que es justo lo que Cataluña objeta, yo pienso más bienque hay que "españolizar España" para que sea apetecible para todos sentirseespañol participando de un proyecto común que de momento no alcanzo avislumbrar y lo veo languidecer.

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