Escrache a Soraya Saénz de Santamaría

El término escrache define muy bien toda una estructura de redes de grupos, foros y organizaciones y partidos de izquierda que operan sincronizadamente a nivel local, nacional, e internacional, con el objetivo de destruir el sistema democrático.
El significado de la propia palabra lo dice: "romper, destruir, aplastar" (RAE).
El movimiento escrache que hoy actúa en España con una campaña de acoso y ataques violentos a los dirigentes del Partido Popular no es más que otra operación dentro de una estrategia global para socavar el sistema que ellos llaman neoliberal.
El Foro Social Mundial, por ejemplo, acaba de celebrar del 27 al 29 de marzo en Túnez una de sus cumbres internacionales y dentro de su extensa agenda uno de los temas de debate ha sido el de los desahucios por impago de los inquilinos, causa en la que se justifica toda la movilización del escrache en España para atacar a los miembros y dirigentes del gobierno del PP.
La propia nota oficial del Foro Mundial Social habla de "la lucha para combatir la inseguridad en solidaridad de la vivienda por motivos económicos, es decir -dice- la expulsión de los inquilinos…(que) debe fortalecer la solidaridad internacional de las luchas locales, definir herramientas comunes de análisis, alerta y solidaridad, e indicar los pasos a seguir". Concluyendo en su nota oficial: "Movimientos sociales de todo el mundo, avancemos hacia la unidad a nivel mundial para derrotar al sistema capitalista… ¡Viva la revolución!".
Un dato significativo de esta declaración del FSM celebrado en Túnez es que cuando habla de las naciones cita por su nombre a todas (Irlanda, Italia, Portugal…) menos a España, a la que se refiere como "Estado Español", el mismo término que utilizan los separatistas y terroristas de ETA. Este foro, que se inició en Seattle hace veinte años como vanguardia de la revolución anti-sistema, dice contar hoy con 4.578 organizaciones en 127 países.
Para entender cómo todo esto forma parte de la multinacional del escrache o de la subversión de los valores democráticos, basta con leer el libro titulado Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia, escrito por los teóricos marxistas, el argentino Ernesto Laclau y la belga Chantal Mouffe, y publicado en 1985.
Este libro es la guía de los hoy guiados y aunque ni ellos lo sepan contribuyen al proceso de radicalización y ruptura democrática. La teoría es muy sencilla de entender. Para que deje de existir la democracia, primero en la psique humana y social, y luego de facto, hay que transformar la democracia liberal en lo que llaman "democracia radical". ¿Cómo? Mediante la radicalización de todo lo que forma parte de nuestra vida, para que todo pierda su sentido lógico, nos veamos desbordados e interioricemos el desorden como una nueva forma de normalidad. Se trata de subvertir el orden y los valores democráticos con un solo fin: conseguir un sistema dominado por la hegemonía socialista. "Todo proyecto de democracia radicalizada incluye necesariamente la dimensión socialista, es decir, la abolición de las relaciones capitalistas de producción", afirman los citados autores.
La definición del término escrache es coincidente con la definición que hace la propia academia de la lengua de la subversión: "trastornar, revolver, destruir, especialmente en lo moral". En eso consiste el proyecto de la izquierda, aunque la derecha acomodada no lo quiera ver ni combatir. Para evitar lo irreversible, conviene recordar las palabras de Walter Lippmann: "una sociedad democrática es… cuando la mayoría siempre está dispuesta a tumbar a las minorías revolucionarias".