Es posible también entender la política como un lugar de cooperación
Tiene una larga experiencia en política local. ¿Son o no son las municipales y autonómicas unas primarias?
Aunque algunas personas pretenden que la política nacional lo impregne todo, lo cierto es que los rasgos locales también tienen peso en la decisión de voto de unas elecciones municipales. Seguramente, tres son los factores que explican el voto en unas elecciones municipales: la gestión local, la ideología y la política nacional. Cuanto más pequeño es un municipio, más pesa lo local. En cambio, en las grandes ciudades la ideología y la política nacional influye más. Dependiendo del tamaño del municipio, la política nacional o el factor primarias pesará más o menos.
¿Es correcto plantear las elecciones de Mayo como un plebiscito sobre Sánchez?
Eso es lo que va a intentar la derecha. Pero, como acabo de decir, en los pequeños municipios esto pesará menos que en las grandes ciudades.
Será necesario reemplazar “malos gobiernos” allá donde se haya dado pero ¿no es también urgente recomponer los vínculos sociales y superar la polarización?
De nuevo, en los pequeños municipios la polarización se nota menos. A nivel local, en poblaciones pequeñas e intermedias, los debates públicos tienen que ver con el alumbrado, la limpieza o el entramado urbano. Por lo tanto, se tiene un debate más sano, menos ideológico y, en consecuencia, menos polarizado… En sitios como Alcañiz hemos logrado sacar esta legislatura unos presupuestos por unanimidad y otros sin ningún voto en contra. Es cierto que esto no se producía desde hace 30 años. El talante de los concejales y el alcalde también influye en estos escenarios menos polarizados.
Los partidos tienen urgencia por conseguir que los ciudadanos tomen posición. Quieren que nos situemos en el mapa con rapidez. Vivimos una política geográfica, de espacios. La política reducida a posiciones (derecha-derecha, derecha, izquierda, izquierda-izquierda) facilita el estado de conflicto permanente. ¿Qué puede servir para evitar esto?
Seguramente, una forma de “tranquilizar” el debate público es hablar más de políticas, en plural, y menos de política, en singular. Desde luego que la ideología importa. Es una forma de sintetizar los principios y los valores que tenemos cada uno de nosotros. Por ejemplo, en la dicotomía igualdad-libertad, es una forma de resumir cuánta libertad y cuánta igualdad queremos en una sociedad. Pero que tengamos preferencias distintas no implica que debamos llegar a enfrentamientos extremos. Hay que aceptar no sólo las reglas del juego, sino también aceptar cuándo se gana y cuándo se pierde. En muchas ocasiones, los enfrentamientos llegan porque no se acepta el resultado electoral o las reglas que rigen la convivencia. Por ello, las formas políticas son muy importantes para evitar los enfrentamientos en política.
Vivimos lo que algunos llaman la dialéctica de contrarios, germen de desconfianza y enfrentamiento. ¿Cómo se podría superar esta forma de acercarnos al otro?
El principal elemento sería la empatía. Es decir, ser capaces de ponernos en la piel de los demás. Si somos capaces de entender a los demás, por muy adversarios que sean, seremos capaces de superar los enfrentamientos bruscos y buscar más los acuerdos. También hay que dejar de entender la política como un enfrentamiento bélico de suma cero, donde lo que uno gana, el otro lo pierde. Es posible también entender la política como un lugar de cooperación y colaboración, donde en muchas ocasiones, todos podemos ganar. Un tercer ingrediente es apostar por políticas de largo plazo, algo que exige a veces consensos de quienes gobiernan y de quienes pueden gobernar en el futuro. Sólo con estos tres elementos podemos superar la confrontación.
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