Es cuestión de repetir

Dice así: “El cuidado pide repetición. Mientras que cierto intelectualismo busca sólo la novedad, el corazón quiere, sobre todo, repetir. Y lo herido es el corazón. (…) Encaminados pues a repetir, porque no somos nosotros los que hacemos las preguntas sino las preguntas las que nos alcanzan y, al dejarnos tocados, nos hacen a nosotros”.
Al leerlo en seguida me vienen a la cabeza dos canciones que últimamente escucho una y otra vez. Una es Creep, de Radiohead (“I wish I was special, you’re so fucking special, but I’m a creep, I’m a weirdo”). La otra es una habanera catalana, Vestida de Nit (“Miro el paisatge, cerco paraules que omplin els versos sense neguit. Els pins m’abracen, sento com callen. El vent s’emporta tot l’horitzó”). No sé de dónde viene esa necesidad de repetirlas, la primera quizá para reafirmarme en lo contrario. La segunda porque llevo demasiado tiempo sin ver el mar de la Costa Brava.
Pienso también en otra escena que me ocurre con relativa frecuencia y que no deja de escandalizarme. El otro día me hablaron de una serie que yo he visto hace apenas dos meses, me preguntaban por un capítulo concreto. No me acordaba absolutamente de nada, ni de ese ni de ningún otro. Probablemente porque mientras lo veía estaba haciendo y pensando otras muchas cosas a la vez. Y también porque no lo he repetido nunca, no he necesitado volver sobre él.
Los niños ven determinadas películas todos los días, siempre las mismas. Se aprenden los diálogos, los sonidos, los tonos, los gestos. Y todo ello pasa a formar parte de una jerga familiar o de un grupo de amigos para siempre.
La mayoría de las cosas pasan por delante de nuestros ojos sin pena ni gloria. Pero misteriosamente hay libros, escenas de películas, canciones o conversaciones a las que hay que volver. Quizá porque, como dice Esquirol, “no somos nosotros los que hacemos las preguntas sino las preguntas las que nos alcanzan y, al dejarnos tocados, nos hacen a nosotros”.