´Enemigos públicos´ o la autoafirmación frustrante
John Dillinger fue un anarquista, no en sentido político, sino existencial, como encarna Johnny Depp en la última película de Michael Mann, Enemigos públicos. Junto al protagonista de la saga de Piratas del Caribe están Christian Bale (la última de Terminator, Batman…) y Marion Cotillard (Edit Piaff) como intérpretes principales.
La autoafirmación de Dillinger se tiñó de romanticismo y mitomanía popular al considerarle un Robin Hood moderno porque atracaba los bancos de los ricos durante la Gran Depresión. Inteligente, atrevido y escurridizo para la policía, atractivo y galante para las mujeres, fiel a sus amigos… la gente proyectaba en él diversas formas de escape ante la dura época que vivían.
El delincuente se irá dando cuenta poco a poco de la ironía de su intento e irá asumiendo su fragilidad palmaria a partir del encuentro con la mujer de su vida, que le va convirtiendo en "vulnerable" por la necesidad de encontrarse ella y, además, por las sucesivas muertes de los miembros de su banda a manos de la policía. Esta realidad entra a saco para despertar la añoranza de algo sólido, que permanezca para siempre.
Enemigos públicos es bastante más que un filme violento; es una metáfora de nosotros, hombres modernos, que pretendemos la autosuficiencia olvidando nuestra fugaz condición de criaturas y cerrando las puertas al Misterio que hace todo .
Con ser grato el descubrimiento del trasfondo existencial de Enemigos públicos, reconozco que corrí a verla por la autoría de Michael Mann (Chicago, 1943 – USA). Todo lo que he visto me ha apasionado: Heat, El último mohicano, Ali, Colateral, Miami vice (también hizo la serie de televisión) y Starsky y Hutch son algunos de los peliculones que ha firmado el director estadounidense con un talento especial para el lenguaje visual. Siempre aporta algo nuevo o bien recrea momentos de otros cineastas llevándolos más allá. Tiene un talento indudable para filmar escenas de acción y mantiene un ritmo vigoroso en cada momento de los cerca de 140 minutos que dura Enemigos públicos. Refleja la psicología deslumbrante de Dillinger, encarnado por Johnny Depp, o el carácter enérgico y concienzudo del policía que le persigue (Christian Bale).
En suma, hay que verla cuanto antes.