Encuentromadrid 2010: ¿por qué hablan de construcción?

Uno de los invitados, con el que se abren las mesas redondas este jueves, es Víctor Pérez Díaz. Después de presentar hace unos meses su trabajo La travesía del desierto, este sociólogo escribió un artículo en el diario El País titulado "La desconexión" que se ocupaba de esta cuestión. Peréz Díaz indicaba que, antes que nada, hay un problema de conocimiento. "No es fácil aprender de la experiencia -decía- cuando un país es como una habitación a oscuras (…). Pero lo que los consejos no consiguen, lo hace la realidad misma. Puede suceder que una ventana se abra o que la realidad rompa la pared". La realidad ha roto la pared con una crisis y una presidencia española de la Unión Europea que han revelado nuestras debilidades evidentes. El estudio de Pérez Díaz subraya dos cosas. Primera, "la sociedad está confusa porque, aunque comprende muchos problemas, no entiende la dirección de la marcha". Segunda, hay una clara desconexión entre la clase política y la ciudadanía.
Precisamente lo que quiere hacer la gente de Comunión y Liberación con el Encuentromadrid es aprender de la experiencia para poder empezar a responder a la pregunta sobre la construcción. Les interesa entender cuál es "el sentido de la marcha" en el ámbito más esencial. Ese ámbito del que se habla poco, el que permite a una persona construirse a sí misma mientras trabaja y hace frente a la crisis, sin renunciar a preguntarse por el significado de su insatisfacción, de un deseo de Infinito que siempre te lleva más allá y te impele a ser creativo ante las necesidades concretas. En el centro, el yo, su dimensión religiosa, exigencia de sentido con valor público. Y a partir de ahí un trabajo para entender, a través de experiencias concretas, qué permite superar la desconexión entre el ámbito privado y el ámbito público, qué significa lo público, qué permite dejar atrás la enemistad entre sociedad y Estado.
Los organizadores del Encuentromadrid son conscientes de que nos encontramos en un contexto negativo. Quieren juzgar esa situación. La crisis ha resucitado las viejas ideologías: la del estatalismo y la de la mano invisible y milagrosa del mercado. Tanto en un caso como en otro el individuo es concebido de una forma aislada, enemigo del otro: sólo tiene como motor el interés. Y, sin embargo, los hechos apuntan en otra dirección. En España gozamos de una cohesión social que sería imposible sin la gratuidad que ha permitido a Cáritas atender en el último año al doble de personas que en 2008. No es sólo una cuestión asistencial. Benedicto XVI ha revindicado este impulso para ayudar al otro como la categoría decisiva del desarrollo. La Caritas in Veritate, que va a ser una de las referencias del Encuentromadrid, asegura que la cariad es razón económica, la "ciudad del hombre" no se promueve sólo con relaciones de derechos y deberes sino, antes y más aún, con relaciones de gratuidad (número 7). Y más adelante afirma que "el desarrollo de los pueblos depende sobre todo de que se reconozcan como parte de una sola familia, que colabora con verdadera comunión y está integrada por seres que no viven simplemente uno junto al otro. La criatura humana se realiza en las relaciones interpersonales (numero 53)".
Es lo que ha expresado en el terreno laico el Premio Nóbel de Economía Kenneth Arrow, cuando sostiene que "el ordenamiento pertinente para el logro de la mejor situación social es aquél que está basado sobre valores que reflejan todos los deseos de los individuos, comprendidos los importantes deseos socializantes". El Encuentromadrid en su edición 2010 va a indagar sobre el valor cultural y social de esos deseos socializantes, expresión del anhelo del Misterio.