Encuentro Madrid: musulmán y católico a la mesa
Europa está perpleja. Los atentados contra el Charlie Hebdo solo han sido el principio. El frente está en todas partes. En Tarrasa, en Londres, en París no cesan de detenerse a yihadistas nacidos en el Viejo Continente. ¿Cuál puede ser la respuesta? La sesión central del EncuentroMadrid de este sábado puede ofrecer algunas pistas para responder a esa pregunta. Comparten mesa Wael Farouq, musulmán, profesor de la American University de El Cairo, y Javier Prades, rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Repasando algunos de sus últimos escritos se puede anticipar cuál puede ser el contenido del diálogo del próximo sábado.
Farouq, muy crítico con algunas manifestaciones del islam en este momento, sostiene que el laicismo no ha conseguido resultados al intentar combatir el yihadismo. “No hay metrópolis europea que no albergue una ‘sociedad paralela’, donde viven los inmigrantes musulmanes. Los intentos apresurados por integrar a los inmigrantes han acabado borrando las fronteras culturales y religiosas en el espacio público”, señala. Según Farouq la prohibición de símbolos religiosos en el espacio público es contraproducente.
El teólogo católico, por su parte, está convencido de que la identificación que se suele hacer entre monoteísmo y violencia es falsa. “Hay que reconocer –señala Prades– que la religión puede ser instrumentalizada por la violencia política. La exclusión de la diferencia en el espacio público ha conseguido que una cierta adaptación, y no la interacción, se convierta en el marco de la relación de los inmigrantes con su nueva sociedad”. “Pero –añade– la violencia política de la secularización y del ateísmo no es menos devastadora. La historia de los conflictos de raíz religiosa ha favorecido el prejuicio contra las religiones. Y se piensa que para garantizar el final de la violencia sería necesario secularizar a la sociedad”. Wael ha sostenido en sus artículos que un ejemplo de esto es Francia, que “se ha convertido en un Estado cuya Constitución protege la diferencia y el pluralismo religioso, pero cuyas leyes criminalizan su expresión”. “No se combate formalmente a Dios –ha señalado también Prades– sino la religión y el hombre religioso. La fe es denunciada como una patología social”.
¿Y qué respuesta es posible? “El anuncio evangélico es hoy un factor crítico de primera categoría para combatir la violencia de todo tipo, ya sea la que se ejerza en nombre de Dios como la violencia contra la religión, en especial la violencia contra el cristianismo que hoy, como se sabe, en muchos lugares del mundo sufre persecución violenta”, señala Prades. “Para afrontar el desafío actual necesitamos como nunca volver a la experiencia personal del sentido religioso. Al verdadero Adán”, añade Farouq.
Pero en cualquier caso conviene esperar a este sábado para conocer el auténtico contenido de la conversación. Esto es periodismo ficción.