Emperador
Ya habíamos visto películas donde se destacaban tanto la labor militar como política de militares estadounidenses como George Smith Patton o David Dwight Eisenhower. En este caso, le toca al turno al general Douglas McArthur, cuya misión en Japón queda relatada en el libro de Shiro Okamoto que se ha adaptado para el cine.
El general McArthur se encuentra, de la noche a la mañana, con la misión de pacificar y mantener el orden en Japón tras la rendición del emperador Hirohito por un lado y, por el otro, el de capturar a los líderes intelectuales del bombardeo de la base militar de Pearl Harbor que dio pie al conflicto bélico en el pacífico. Para ello, encomendará a un experto en la cultura de ese país como el general Bonner Fellers para que dictamine si se debe condenar o perdonar al emperador por crímenes de guerra.
La mano que me mece la cuna en esta película es el cineasta Peter Webber, al que nuestros lectores recordarán por La joven de la perla, una película donde se contaban detalles de la vida del pintor Johannes Vermeer. Emperador es una pequeña gran película. El resultado es bastante satisfactorio, pero teniendo en cuenta los rivales de cartel de la semana pasada, va a pasar muy desapercibida y es una pena, puesto que tiene buenos mimbres. La película se acerca con rigor y verosimilitud a lo que allí ocurrió, mientras que la historia de amor de los personajes nos parece muy acertada, siendo de esas que no se olvidan porque está narrada con inteligencia y elegancia.
El reparto lo encabeza un peso pesado como Tommy Lee Jones que no tiene el protagonismo esperado, ya que todo el peso dramático recae en el actor Mathew Fox, no demasiado conocido, pero que me ha gustado sobre todo en los momentos en los que su personaje duda cuando se debate entre su deber y el amor de su vida, pues tuvo en su mano salvar a la mujer de la que estaba enamorado.
En Emperador (2012) se tocan temas interesantes porque se plantea tanto la responsabilidad de unos y de otros en el inicio del conflicto o el lamentable uso de la bomba nuclear en Hiroshima y Nagasaki por parte de los americanos. Nos parece interesante cómo el militar va introduciéndose en la cultura nipona para comprender (General japonés: –Cuando mira a Japón, ve a la más moderna y occidentalizada de la naciones asiáticas, pero esa es la superficie porque el corazón de mi nación tiene dos mil años de existencia y nada tiene que ver con el occidente) cuál es la mejor forma de ayudar a salir adelante a un país sin humillarlo, aunque ciertamente no se hizo justicia porque realmente se buscó el mal menor. Hay una escena importante en la que un nipón reconoce que el excesivo sentido del deber de sus habitantes les había deshumanizado.